Por Flavia Tomaello, https://flaviatomaello.blog/, Instagram @flavia.tomaello
Llegaste a Londres y empezás a fantasear con una escapada. Allí se abre un abanico demasiado tentador. Este año Bath se va a convertir en el epicentro de decenas de celebraciones, porque se cumplen 250 años del nacimiento de Jane Austen, y es esta ciudad una de las que la acogió por un tiempo y donde escribió parte de su obra. Pero, además, Bath es sinónimo de Bridgeton, una de las series más emblemáticas para mostrar una época reverencialmente lujosa.
Great Western Railway ofrece trenes entre la estación de Paddington en Londres y la de Bath Spa cada media hora. El trayecto dura aproximadamente 90 minutos. Si reservás con antelación podés conseguir las mejores tarifas. El billete Long Weekender permite a los viajeros obtener un ticket de ida y vuelta de Paddington a Bath por 79 libras si los viajeros salen un viernes o un sábado.
No vas a tener que buscar mucho para encontrar actividades en Bath, ya que la ciudad es famosa por su gran cantidad de atracciones y actividades. En muchos sentidos, Bath no ha cambiado mucho desde la época del caballero georgiano Ralph Allen y la escritora Jane Austen, quienes quedaron fascinados por esta ciudad construida para el placer.
Hacé un viaje a través del tiempo y explora la única ciudad del Reino Unido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Vas a retroceder siglos en tan solo unos pasos. Visitá las Termas Romanas, que datan del año 43 d. C., para ver cómo disfrutaban de la tranquilidad los antiguos colonos. Recorré las páginas de una de las novelas clásicas de Austen mientras paseás junto a obras maestras arquitectónicas como el Royal Crescent y el Circo, o celebrá a la residente más famosa de Bath en el Centro Jane Austen.
Las aguas termales se mezcla con 2000 años de historia en Bath, la ciudad balneario del suroeste de Inglaterra. Bautizada con el nombre de sus antiguas piscinas romanas alimentadas por aguas termales, pero la ciudad no se queda atrás. Restaurantes impresionantes como The Elder, que abrió durante la pandemia, añaden delicadeza a la comida británica regional, mientras que un nuevo museo dedicado a Mary Shelley, quien escribió la mayor parte de “Frankenstein” durante su adolescencia en Bath, celebra el lado literario de la ciudad con una diversión buena y espeluznante. Si bien siglos de visitantes han acudido en masa a Bath para darse un baño humeante, la imponente arquitectura georgiana y la ondulada y exuberante campiña también atraen a viajeros activos que disfrutan de la zona a pie, en bicicleta o incluso en kayak.
El recorrido perfecto
Empezá por los Baños Romanos, un antiguo complejo termal y museo conservado, ofrecen una inmersión en la historia de la ciudad, incluso si los visitantes no pueden sumergirse en sus famosas aguas termales. Thermae Bath Spa ofrece una forma contemporánea de disfrutar del agua caliente de la ciudad.
Luego pasa por No 1. Royal Crescent, un museo en una casa restaurada, recrea el interior de una rica casa familiar georgiana. En el interior el mobiliario de época y un paisaje sonoro de conversaciones imaginarias entre familiares y personal transmiten la sensación de la vida en la época georgiana. Los personajes hablan de los objetos expuestos y de las preocupaciones de la época: un molusco fosilizado incita a una conversación sobre la creación y la evolución. La historia de una rebelión de esclavos en Jamaica y su posible impacto en los ingresos familiares ofrece una perspectiva de cómo la opulenta vida georgiana se sustentaba con los productos de la esclavitud en las colonias, así como con el trabajo industrial de la clase trabajadora.
Un interesante té de la tarde se puede disfrutar en el No. 15 by GuestHouse, un hotel en Bathwick (la zona al otro lado del río Avon, frente al centro histórico de la ciudad) que ocupa tres casas adosadas georgianas contiguas. En el bar, donde se sirve el té de la tarde, las mesas con cubierta de cristal revelan joyas de colores bajo sus superficies, y obras de arte locales cuelgan de las paredes junto con programas de teatro del siglo XIX. El té de la tarde puede incluir sándwiches con queso cheddar curado en cueva, una refrescante gelatina hecha con Aperol y clementinas, y macarons de limón, entre otros siete platos.
Caminando desde Bathwick hasta el centro de la ciudad se llega al Puente Pulteney, terminado en 1774 y un raro ejemplo de puente con tiendas a ambos lados. En la orilla este del río, merece la pena visitar la Farmacia Bathwick por su elegante interior de 1826 y su exposición de antiguos frascos y botellas de dispensario. Cerca de allí, la Tienda de Mapas Antiguos (cierra a las 16:30) vende mapas de las Islas Británicas, Europa y América; la mayoría tienen más de un siglo de antigüedad, y muchos están anotados en caligrafía calada y decorados con criaturas míticas y escudos de armas de terratenientes. Al otro lado del puente, Independent Spirit of Bath ofrece licores, vinos, cervezas e hidromiel de productores locales; busque la ginebra Bath Botanical No. 1 , un clásico estilo seco londinense elaborado en Bath.
Walcot Street, que formaba parte de la red de carreteras durante la época romana, ha resistido el desarrollo urbano y la incursión corporativa para seguir siendo un hogar para proyectos artísticos e independientes. En el estudio Bath Aqua Glass , puedes soplar tu propia bola de cristal para llevarte a casa. Caminando hacia el sur, pasá por el Bell Inn y consulta la peculiar programación de música en vivo para ver algo interesante que ver más tarde. El pub es una cooperativa propiedad de clientes y trabajadores, que opera en beneficio de la comunidad. Continúa hacia el sur para encontrar Dangleberg , un santuario de condimentos picantes o fermentados, incluyendo mezclas y salsa picante, y la Yellow Shop , donde tanto la ropa vintage como la nueva evocan la nostalgia de décadas pasadas.
El cheddar es el queso más famoso de Somerset, el condado que abarca Bath, y sus versiones más nítidas son producto de los verdes pastos nutridos por las lluvias del oeste de Inglaterra, combinados con la maduración en cuevas. The Fine Cheese Co. , en Walcot Street, vende quesos elaborados por pequeños productores europeos con métodos tradicionales, aunque los quesos británicos son los más destacados. Entre las variedades locales que vale la pena probar se encuentran el Bath Blue , elaborado con rebaños de las cercanas colinas de Mendip , así como el Pitchfork Cheddar , denso y sabroso.
En el Museo de Astronomía Herschel , al oeste del centro de la ciudad, puedes pararte donde el borde conocido del sistema solar se expandió cuando el astrónomo William Herschel instaló su telescopio casero y descubrió un nuevo planeta: Urano. Ocupando la casa en la que él y Caroline Herschel , su hermana y colega astrónoma, vivieron durante cinco años, el museo ofrece una visión de la vida de la clase media de finales del siglo XVIII y traza el avance de la astronomía. Grabados satíricos de la época retratan la observación de estrellas como un pasatiempo de la Ilustración y se burlan de Caroline, quien era una anomalía como científica soltera y educada. A pesar de esto, descubrió varios cometas y se cree que fue la primera mujer pagada por ser astrónoma.
El río Avon, que rodea Bath y se conecta con Londres a través del canal Kennet & Avon , es un lugar para la recreación. Vaya a remar con Original Wild, una compañía local de aventuras al aire libre, ya sea en kayak o en tabla de surf de remo. La arquitectura y la vida silvestre se unen cuando avista los halcones peregrinos que anidan en St. John the Evangelist, una alta iglesia victoriana de estilo gótico. Los guías también comparten datos inusuales sobre Bath: por ejemplo, pueden señalar un lugar junto al río donde puede deslizar un brazo en el agua fresca del río para sentir una corriente cálida emergente. El calor proviene del suelo restaurado de la Abadía de Bath, una iglesia del siglo VII, que ahora se calienta con los manantiales termales de Bath.
Imágenes @visitbath
