Un estremecedor crimen irrumpió la paz del tranquilo condado de Big Horn, en Wyoming, el lunes por la tarde: una mujer le disparó a sus cuatro hijas y luego se quitó la vida. Solo una de las niñas sobrevivió.
Fue la propia asesina, Tranyelle Harshman, quien pasado el mediodía alertó a la policía de lo que había hecho. Ni bien cortó, se disparó.
MTN News informó que cuando la policía llegó a la casa de Harshman, tres de las niñas estaban muertas -de 9, 2 y 3 años- y una de ellas, la de 7, se encontraba herida de gravedad.
Esa niña, llamada Olivia, continúa luchando por su vida en Salt Lake City en compañía de su padre, Quinn Blackmer, quien era ex pareja de Tranyelle.
La madre seguía con vida cuando fue hallada por la policía, pero falleció poco después a causa de las heridas autoinflingidas.
¿Qué dijo el padre de las niñas?
Cliff, quien era el actual esposo de Tranyelle y padre de las dos hijas menores de la mujer, habló con el Cowboy State Daily y contó que su mujer estaba recibiendo tratamiento por problemas de salud mental “graves”, como trastorno de estrés postraumático y depresión posparto.
“La mayoría de la gente no entiende cómo eso afecta al cerebro. Es un desequilibrio químico… Y puede verse exacerbado si se intenta solucionarlo con medicamentos”, dijo Cliff, y aseguró: “Mi esposa no es un monstruo”.
La más grande de las cuatro hijas de la mujer pelea por su vida.Describió lo sucedido como algo «totalmente fuera de lo común» y dijo que estaban recibiendo ayuda cuando se desató la tragedia. «Algo no funcionó», sentenció.
Con el objetivo de ayudar a los dos ex maridos de Tranyelle a pagar las facturas médicas de Olivia, sus amigos lanzaron una campaña de crowdfunding.
Cliff y Quinn se unieron ante el dolor, ya que la última pareja de la mujer consideraba a las hijas del otro matrimonio de Tranyelle como si fueran suyas.
