Bajo la consigna “Argentina rechaza el genocidio en Gaza”, se denunció el alineamiento y la total subordinación del gobierno de Milei para con los intereses del sionismo y el imperialismo yanqui. Por su masividad, su extensión en el interior (desde Tierra del Fuego a Misiones) y la gran cantidad de adhesiones recibidas, representó la jornada de movilización más importante en Argentina desde la invasión de Gaza, en octubre de 2023.
La movilización denunció los planes de Israel de avanzar en la anexión de la franja costera, el bloqueo criminal y la conversión de los centros de ayuda humanitaria en verdaderas emboscadas fatales. En ella también se hizo sentir el repudio a Trump y su apoyo al genocidio como eslabón de las presiones y bombardeos para imponer al Medio Oriente una reorganización a la medida del imperialismo. La convocatoria expresó una continuidad con la movilización masiva del 15 de junio, cuando además se multiplican los comités de apoyo a Palestina en el interior del país.
En Buenos Aires la Marea Roja partió desde Callao y Corrientes para marchar hasta la Plaza de Mayo, con paradas intermedias en sucursales de Mcdonald’s y Carrefour, en las que se denunció el rol de estas compañías como soportes de Israel y se llamó a su boicot. En la plaza se leyó un documento común y hablaron Tilda Rabi (Federación de Entidades Argentino-Palestinas), Abdallah El Tibi (residente palestino en Argentina) y Sofía, una enfermera argentina que hizo tareas sanitarias en el territorio costero. Fueron tres intervenciones muy emotivas, que transmitieron con ímpetu la dura situación que vive el pueblo palestino en la actualidad. Al finalizar, el grupo de teatro Che Adelita escenificó una obra alusiva a la masacre en curso.
En la movilización participaron también la Asociación Cultural Siria, Acción Islámica, la Liga Argentina por los Derechos Humanos, Sandías (colectivo transfeminista por Palestina), Judíes por Palestina, la Campaña Fuera Mekorot (empresa israelí de aguas que tiene convenios con varias provincias argentinas), la Coordinadora de Derechos Humanos del fútbol argentino, el Partido Obrero, Polo Obrero, PTS, MST, Izquierda Socialista, Partido Comunista, Encuentro Patriótico, MAS, Poder Popular, MTR 12 de Abril, PRML, Política Obrera, Marabunta, PSTU, Convergencia Socialista, OST y Democracia Obrera, entre muchos otros.
El documento recibió adhesiones de múltiples organismos de derechos humanos, de la comunidad árabe y judía, de la Pastoral Social Cristiana y el Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos, del Grupo de Amistad Parlamentaria con el Estado de Palestina, de medios de comunicación independientes, Ademys (sindicato docente de la ciudad de Buenos Aires), asambleas populares, centros de estudiantes, la CTA de los Trabajadores y Trabajadoras, el Comité de Amistad con el pueblo Saharaui y organizaciones ambientales.
La movilización denunció la censura y la persecución política y judicial contra quienes se solidarizan con el pueblo palestino y alzan la voz contra los crímenes de Israel. Estuvo presente en la cabecera de la manifestación Vanina Biasi, legisladora porteña del PO-Frente de Izquierda, que afronta -igual que Alejandro Bodart , dirigente del MST- una causa judicial armada por impulso de la Daia y los operadores sionistas, debido a su apoyo al pueblo palestino. También estuvieron presentes Gabriel Solano (legislador porteño del PO-Frente de Izquierda), Néstor Pitrola (diputado nacional electo del PO-Frente de Izquierda), Christian Castillo (diputado nacional PTS-Frente de Izquierda), Celeste Fierro (dirigente del MST) y María de las Mercedes Mendieta (diputada nacional IS-Frente de Izquierda).
Otra de las consignas que se escuchó fue el reclamo de la ruptura de relaciones diplomáticas con Israel por ser un Estado genocida y criminal. Un contrapunto no solo con el gobierno de Milei, que oficia de peón de la ofensiva del imperialismo, sino con los gobernadores de todos los colores políticos que firman convenios secretos para entregar la gestión del agua a la israelí Mekorot, denunciada por utilizar el monopolio de los recursos hídricos como arma de guerra contra las poblaciones palestinas