
Barcelona
El Ayuntamiento de Barcelona terminará de abrir el año que viene un nueva plaza de 6.200 m2 frente a la Sagrada Família con el objetivo de oxigenar los muy congestionados alrededores del templo y ofrecer a la gente del barrio un nuevo punto de encuentro, un lugar donde desarrollar actividades vecinales. De esta manera lo anunciaron este miércoles los tenientes de alcalde Urbanismo y de Turismo, los socialistas Laia Bonet y Jordi Valls, también concejal responsable del distrito del Eixample.
En estos momentos el gobierno del alcalde Jaume Collboni ultima un paquete de medidas destinado a paliar los inconvenientes de la histórica masificación turística de esta lado de ciudad. En este sentido el Consistorio llevará a cabo por estas latitudes hasta 37 medidas que comportarán una inversión 15,5 millones de euros. Y finalmente el ejecutivo municipal optó por empezar por lo en principio y aparentemente más sencillo. El asunto de la gran escalinata que algún día conducirá a la fachada a la Glòria si acaso el Ayuntamiento finalmente se decide a expropiar a un buen puñado de vecinos de la calle Mallorca continúa todavía en el aire.
El Ayuntamiento ultima un paquete de 37 medidas para fortalecer la vida vecinal
La nueva plaza en cuestión se levantará entre la fachada del Naixement de la basílica y la plaza Gaudí, en la calle Marina, en el tramo comprendido por Provença y Mallorca, en un espacio peatonalizado tiempo atrás y que a efectos prácticos ya funciona como una plaza. Se trata de uno de los escenarios más fotografiados de Barcelona. De hecho, pese a las recomendaciones de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) en pro de la seguridad, no pocos guiris insisten en hacerse selfies en las escaleras mecánicas de la boca de metro aquí dispuesta.
Pero en verdad de toda la vida la gente del barrio de la Sagrada Família está mucho más harta de los grupos de visitantes que se detienen tranquilamente en la acera a de Mallorca para escuchar los comentarios de su guía. Entonces abrirse camino entre quienes miran hacia arriba resulta muy irritante, sobre todo si uno va empujando un carrito de la compra o de beb´e.
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Los tenientes de alcalde Bonet y Valls detallaron que las obras arrancaran este septiembre, en cuanto el Ayuntamiento las licite, terminarán ocho meses y medio más tarde y costarán 2,7 millones de euros. Esta intervención, subrayaron también Bonet y Valls, supondrá la apertura de una doble manzana continua similar a la de otros espacios también singulares del Eixample, como la Universitat de Barcelona, el hospital Clínic o la Modelo, “para generar una gran superficie libre que religa la plaza Gaudí con las escaleras de acceso al templo”. El propio Rubió i Turudí ya planteó una idea bien parecida en los años 70.