Una ráfaga de disparos, pánico entre los músicos y estampida de cientos de personas que asistían a la presentación. De esa manera, en un contexto de caos absoluto, terminó en la noche de este miércoles un recital de la agrupación de cumbia Agua Marina, una de las más reconocidas de Perú.
Al menos una persona resultó herida como consecuencia de la balacera que tuvo lugar en la parte posterior del escenario de un local militar de Lima, aunque medios locales aseguran que fueron más los lastimados, entre ellos integrantes de la banda.
La información fue confirmada por la Policía Nacional del Perú (PNP) que anunció en la red social X que activó «el plan cerco ante una balacera registrada en el concierto de la agrupación Agua Marina, en el Círculo Militar de Chorrillos», en el sur de la capital peruana.
«Nuestras unidades ya se encuentran en la zona para garantizar la seguridad de los asistentes y capturar a los responsables», agregó la PNP.

Medios locales difundieron imágenes grabadas por asistentes al concierto, que mostraron que mientras la agrupación se presentaba se escuchó un buen número de disparos. También indicaron que la Policía contabilizó al menos 23 casquillos de bala.
Testigos del ataque declararon a medios locales que el ataque armado se produjo desde la parte posterior al escenario, donde se encuentra una calle en la que aparentemente no había medidas de seguridad y hasta donde supuestamente llegaron una motocicleta y un automóvil con desconocidos.
En paralelo, señalaron que, producto de los disparos, el baterista de la agrupación resultó herido y debió ser conducido de urgencia a una clínica cercana, sin que se informe aún oficialmente sobre su estado de salud.
Otros reportes indicaron que al menos dos integrantes más del grupo musical también fueron llevados a un centro médico, sin que esto haya sido confirmado aún.
Tras el ataque, llegaron al local agentes de la PNP, que rodearon la zona y también especialistas que subieron al escenario para realizar las primeras pericias especializadas, además de recorrer la avenida posterior, donde EFE pudo constatar la presencia de, al menos, siete casquillos de balas.
Antecedentes recientes violentos en Perú
El atentado se produjo mientras la ciudadanía reclama a las autoridades una respuesta efectiva ante el notorio incremento de la violencia generada por organizaciones criminales que se dedican, principalmente, a la extorsión y el sicariato (asesinato por encargo) contra todos los sectores de la sociedad.
El pasado lunes, los gremios de transporte urbano de Lima y de la vecina ciudad portuaria de Callao protagonizaron uno de los paros más grandes de los últimos años, al bloquear durante varias horas con cientos de autobuses varias de las principales vías de la capital peruana, para reclamar al Gobierno ayuda frente a esta ola de extorsiones y asesinatos a manos de las bandas criminales.
La huelga de transportistas fue convocada de un día para otro, tras dos nuevos ataques contra conductores durante el pasado fin de semana, que dejaron un fallecido de nacionalidad venezolana y otro chofer herido.
En un primer momento, la presidenta Dina Boluarte exhortó a los gremios de transporte a levantar el paro al considerar que esta acción no iba a solucionar la criminalidad, a la vez que aconsejó a los ciudadanos que ignoren las extorsiones y no respondan el teléfono si reciben una llamada desconocida que tengan sospecha de proceder de una banda criminal.
Luego de que se anunciara que la paralización se iba a prolongar por un día más, las autoridades del Gobierno se reunieron con los dirigentes de transportistas y se comprometieron a instalar una mesa de diálogo encargada de establecer medidas de combate a la criminalidad, con lo que la protesta fue levantada.
Tanto el Gobierno como el Congreso peruano anunciaron en las últimas horas que durante la mañana de este jueves celebrarán una reunión conjunta con los dirigentes de los transportistas y las autoridades judiciales para comenzar a analizar las medidas que se tomarán.
Con información de EFE.
ES