
Le tocó ahora el turno a Mar del Plata de acusar el impacto de la ola importadora de ropa: Textilana S.A., propietaria de la marca Mauro Sergio, de fuerte inserción en el país, tuvo que reducir un 20 por ciento la producción y comenzar un «proceso de reestructuración interna», que ya mandó 150 obreros a la calle.
Fundada en los´70 bajo el nombre de Todis, Textilana pasó de ser una firma dedicada al hilado para terceros a convertirse en símbolo de la industria nacional con un modelo de producción integrada.
No escapa, sin embargo, al contexto sectorial de lo que va de 2025, en el que el 70% del consumo de indumentaria ya se abastece con productos importados, mientras la industria nacional se desploma: caídas de hasta 26% en la producción, más de 5.000 despidos, 10.000 suspensiones y una parálisis creciente de las pymes.
En lo que va del año, cerraron 68 pymes, se perdieron más de 4.000 puestos y el uso de la capacidad instalada cayó al 40%.
La reducción de personal que viene implementando Textilana S.A., como consecuencia de la baja de consumo y el ingreso de productos importados, la hizo pasar de 350 empleados a unos 200, entre despidos sin indemnización y renuncias por bajos sueldos y falta de pagos.
Según la representación gremial, la fábrica está sobrestockeada, ya que hay muy poco movimiento en invierno, lo que derivó en una ola de despidos que se viene dando sin que sean oficialmente comunicados.
La industria textil viene acusando un derrumbe generalizado: la producción de hilados cayó un 14% y la de tejidos un 26%, mientras las importaciones «hormiga» –como las realizadas por plataformas como Shein o Temu– ganan terreno.
Solo en mayo ingresaron por plataformas virtuales mercaderías que supera los 50 millones de dólares, y se proyecta un nuevo récord en julio.
Competitividad
“La apertura indiscriminada y la apreciación cambiaria están destruyendo nuestra capacidad de competir”, advirtió Camilo Kahale, presidente de FEBA.
“La industria textil sostiene buena parte de la economía real. Si no se actúa ya, decenas de fábricas pueden cerrar y miles de empleos desaparecer. El daño sería estructural”, concluyó.
La Asociación Obrera Textil de la República Argentina (AOTRA) informó que, en lo que va del año, el uso de la capacidad productiva del sector está en un 40%, se produjo el cierre de 68 pymes, con casi 4.000 despidos y un total de 900 suspensiones al día de la fecha.
El sector, que emplea a más de 530.000 personas –el 69% mujeres– y nuclea 24.000 empresas en 17 provincias, atraviesa su peor crisis en años.
En Buenos Aires, especialmente en el conurbano, ya se registran cierres de fábricas y más del 40% de la maquinaria industrial está paralizada.
Importación récord de ropa
Según datos de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), entre enero y mayo las compras de ropa en el exterior crecieron un 136%, alcanzando un récord histórico de US$ 1.572 millones.
Las importaciones textiles aumentaron un 93%, muchas veces con precios de dumping: el valor promedio por kilo ingresado fue de apenas US$ 5,67.
Un informe de la cadena industrial la Fundación ProTejer refleja una situación gravísima en todos los frentes desde que Javier Milei es Presidente.
«El consumo no repunta y la presión externa se intensifica. Durante el primer trimestre de 2025, 5 de cada 10 empresas del sector textil e indumentaria registraron una caída en sus ventas respecto del mismo período del año anterior, con una merma promedio del 5 por ciento», destacan. (Noticias Argentinas)
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