Un estudio de Cheaf revela que uno de cada cuatro argentinos desecha alimentos semanalmente, principalmente frutas, verduras y sobras. La encuesta también muestra alto desconocimiento sobre leyes de donación y desperdicio, a pesar de que la mayoría apoyaría normas que incentiven la recuperación de alimentos.
Un reciente estudio de Cheaf revela que el desperdicio de alimentos sigue siendo un problema significativo en Argentina. Según la Encuesta Regional sobre Percepción de Desperdicio de Alimentos 2025, realizada a 5.858 personas en Argentina, Chile y México, el 23,1% de los argentinos reconoce desechar comida al menos una o dos veces por semana, mientras que un 4,2% admite hacerlo con frecuencia o siempre. Por su parte, más de la mitad de los encuestados (54,2%) asegura tirar alimentos una vez al mes o menos.
Los productos más afectados son las comidas preparadas y sobras (38,9%), así como frutas y verduras (34,3%), principalmente porque se descomponen antes de ser consumidos. Las principales causas incluyen cocinar de más y no consumir los sobrantes, aunque la mayoría aplica medidas como congelar (71,6%), planificar compras (53,3%) o reutilizar sobras (49,7%).
El informe también destaca un desconocimiento generalizado sobre las leyes relacionadas con el desperdicio de alimentos: el 71,8% de los argentinos no sabe si existe regulación, a pesar de que el 85,1% apoyaría normas que obliguen o incentiven la donación de alimentos aptos para consumo. Según Kim Durand, CEO de Cheaf, “es necesario fortalecer la educación y la comunicación para que la sociedad conozca sus derechos, asuma responsabilidades y actúe de forma consciente frente a este desafío”.
El estudio subraya que, aunque existe alta preocupación ciudadana (89,3% considera el desperdicio un problema grave o relevante), solo el 12,4% se siente bien informado sobre su impacto ambiental. El análisis concluye que reducir el desperdicio no es solo un desafío individual, sino una oportunidad colectiva para transformar hábitos y generar un impacto positivo en la economía familiar, la sociedad y el medio ambiente.