Uruguay se convirtió en el primer país de América Latina en legalizar la eutanasia. Tras años de debate y más de 12 horas de sesión, el Senado sancionó este miércoles la llamada “Ley de Muerte Digna”, con 20 votos afirmativos sobre un total de 31.
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Uruguay legalizó la eutanasia y marcó un hito en América Latina
De esta forma, el país dio un paso histórico en la región: mientras que en Colombia y Ecuador la práctica está despenalizada, allí ocurrió por fallos judiciales, no por decisión legislativa.

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El proyecto, impulsado en 2020 por el exdiputado colorado Ope Pasquet, había sido aprobado en junio en la Cámara de Diputados por 64 votos a favor y 29 en contra. En la votación definitiva, el oficialismo del Frente Amplio contó con el respaldo de legisladores del Partido Colorado y del Partido Nacional.
Según una encuesta de Cifra, el 62% de los uruguayos apoya la eutanasia, mientras que un 24% está en desacuerdo. En dos años, el respaldo social aumentó siete puntos porcentuales, reflejo de un cambio cultural y de una mayor apertura al debate sobre el final de la vida.
La nueva norma reconoce el derecho a “transcurrir dignamente el proceso de morir”, al despenalizar la eutanasia en personas mayores de edad, psíquicamente aptas, que atraviesen enfermedades incurables e irreversibles, o sufran dolores insoportables y un deterioro progresivo de su calidad de vida. Podrán acogerse a ella los ciudadanos uruguayos y los extranjeros con residencia habitual comprobada.
El procedimiento exigirá la valoración de dos médicos, y en caso de discrepancias, intervendrá una junta médica. Podrán ofrecer el servicio las mutualistas, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE), los seguros privados, Sanidad Militar y Policial y el Hospital de Clínicas. En cambio, las clínicas privadas no estarán habilitadas.
La muerte producida por esta vía será considerada natural a efectos legales, y todos los casos deberán reportarse ante una comisión de revisión anual.
Inspirada en los modelos de Bélgica y Países Bajos, la ley uruguaya establece un plazo máximo de seis meses para su reglamentación, momento en que se definirán los detalles del llamado “acto eutanásico”.
Qué pasa en el resto de América Latina con la eutanasia
En América Latina, el panorama es dispar.
*En Argentina, la ley 26.742 de “muerte digna”, sancionada en 2012, permite rechazar tratamientos o hidratación artificial, pero no autoriza la eutanasia activa.
*Ecuador despenalizó la eutanasia en 2024 tras un fallo de la Corte Constitucional, aunque aún carece de una ley específica.
*En México, veinte estados cuentan con leyes de “voluntad anticipada”, aunque la eutanasia sigue prohibida por la Ley General de Salud.
*En Brasil, en cambio, la práctica continúa penada como homicidio.
En Argentina
La eutanasia activa no es legal en Argentina, pero existe un debate parlamentario en curso, con la presentación de múltiples proyectos de ley para regularla. Lo que sí está legalizado es la eutanasia pasiva, bajo el nombre de «muerte digna», que permite a un paciente, a través de sus representantes o mediante un documento de voluntad anticipada, rechazar tratamientos de soporte vital.
Muchos no entienden los fundamentos de este debate que incluye consideraciones sobre diversos aspectos del problema: qué son los cuidados paliativos, cómo funciona la ley de muerte digna, de qué se trata el consentimiento informado, qué es el registro voluntario, entre otras cuestiones. Esos son derechos ya adquiridos, pero todavía insuficientes para aquellas personas que atraviesan la difícil circunstancia de querer poner punto final a sus vidas y no poder hacerlo.
Daniel Ostroposky es uno de los tantos argentinos que padece una enfermedad terminal y, desde Mendoza, pide que el país apruebe una ley de eutanasia. Patricia Rippa, desde La Rioja, y Elisa Kuky Lisnofsky, desde Entre Ríos, fueron testigos de la angustia, el dolor y la insuficiente asistencia legal que recibieron sus seres queridos cuando exigieron, sin lograrlo, que el Estado les permitiera hacer valer sus últimas voluntades.
Elisa Kuky Lisnofsky vive en Entre Ríos y es propulsora del grupo de Facebook “Eutanasia: derechos y final de vida” a raíz de la historia de su hija Claudia Saposnik, que tuvo que luchar durante cinco años contra un cáncer de ovarios muy agresivo.
A Claudia le diagnosticaron la enfermedad a los 47 y falleció a los 52 años en Montevideo, Uruguay. Se sometió a cuatro operaciones, tratamientos alternativos, quimioterapia y todo aquello que pudiera darle esperanzas de mantenerse viva.
Kuky sostiene que su hija tenía un enorme impulso vital. Todos estaban convencidos de que iba a superarlo. “Ella vivió ese proceso luchando a brazo partido, junto a nosotros”. El último gran intento fue cuando los familiares y allegados de Claudia lanzaron una campaña para conseguir un medicamento muy costoso que trabajaba sobre las células cancerígenas. Pudieron comprarlo pero, aún así, ella no podía tolerar más nada.
Como desde la ciencia médica ya no había más nada que hacer, Claudia fue confiada a un equipo especializado en cuidados paliativos que llegaba a su casa para atenderla y que estuvo muy presente. “Ella, en un punto, dijo ‘hasta acá llego’. Le pidió a su médica que pusiera fin al tratamiento porque le seguían dando lo que el personal de salud llama rescates: morfinas y otras sustancias para controlar los vómitos”, recordó su madre.