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Ricardo Chiacchio | Montevideo
@|Uruguay tiene muchos problemas. Es verdad.
Pero el más urgente es el de la falta de educación. Hoy nuestros jóvenes estudian para irse, y esto es una verdad que no tiene vuelta. La droga se ha adueñado de un alto porcentaje de la sociedad. Otra verdad. El Uruguay se ha convertido en un país sin futuro laboral. Debe encararse esto de manera inmediata. Hoy sólo hay trabajo en servicios de seguridad, portero, cuidado de pacientes y limpieza. Punto. Y con un nivel de falta de profesionalidad alarmante. Y éste es otro problema que hay que tomar en cuenta.
No hay preparación en ningún nivel.
En temporada de verano, tanto en Punta del Este, Colonia u otro lugar turístico, no existe el uso de otro idioma como puede ser el inglés o el portugués, como medio de comunicación con el turista.
Y Montevideo ha dejado de ser un destino turístico, con sus veredas rotas, la basura e iluminación pobre.
Pero, la solución a estos problemas pasa por la educación.
Ser educado no es solamente saber expresar ideas o conceptos sino también preocuparse por el bienestar, tanto del prójimo como de lo edilicio.
Es tener una política de inclusión, es decir, por ejemplo escaleras mecánicas de acceso al shopping donde no las hay (entrada a Tres Cruces por Goes), asientos en todas las paradas de ómnibus, buena iluminación de calles y recolección de basura eficaz. Esto último, no solamente pasa por cambiar contenedores o ampliar la vigilancia de los mismos para que no sean objeto de vandalismo por parte de los hurgadores que viven en la calle.
Y el otro gran problema: ¿cómo hacer que la riqueza se distribuya de forma más equilibrada y existan más fuentes de trabajo digno?
La solución es: más educación, no sólo para los niños sino también para los adultos.
¡Y el combate frontal al narcotráfico!
El nuevo gobierno debería encarar estas realidades sin demora. Pero el FA no se ha caracterizado últimamente por la eficiencia en la gestión ni en la honestidad.
O vamos solucionando estos temas o el futuro del país será cada vez más oscuro.
Y el tiempo escasea.
Espero que Uruguay sacuda la lentitud que lo caracteriza y comience a trabajar. ¡Ojalá!
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