«Serían potencialmente peligrosos si llegaran a impactar contra la Tierra»: esto es lo que asegura un grupo de expertos sobre algunos asteroides que «esconde» el planeta Venus.
Actualmente, Venus tiene al menos 20 asteroides coorbitales que presentan el potencial de “aproximarse a nuestro planeta”, de acuerdo a lo que determina un nuevo estudio que fue publicado en la revista especializada Astronomy and Astrophysics.
En este sentido, los científicos emitieron una severa advertencia ya que estos asteroides son muy difíciles de detectar debido a que Venus a menudo bloquea la visión de los telescopios terrestres.
«Asesinos de ciudades»: los peligrosos asteroides de Venus
Como adelantamos, una reciente investigación revela que Venus alberga una población de asteroides ocultos que podrían representar una significativa amenaza para nuestro planeta.
El estudio -que fue efectuado por la Universidad de San Pablo, Brasil- identificó al menos 20 asteroides coorbitales con Venus, algunos de los cuales podrían acercarse de forma peligrosa a la Tierra. Uno en particular incluso se considera con un alto potencial destructivo.
Sucede que estos cuerpos celestes, conocidos como «asesinos de ciudades», tienen trayectorias impredecibles debido a su elevada excentricidad orbital y a las perturbaciones gravitacionales, lo que de verdad complica su detección y seguimiento desde la nuestro planeta.
«Actualmente sabemos que veinte asteroides se encuentran en la misma órbita que Venus. Estar en la misma órbita protege a estos asteroides de acercarse a Venus, pero no los protege de colisionar con la Tierra», detalla la investigación dirigida por el profesor Valerio Carruba.
Los asteroides cercanos a Venus se clasifican como potencialmente peligrosos, destacan desde el medio itc.ua, si su diámetro es de al menos 140 metros. Y suman que en términos de distancia, se estima que estos asteroides se aproximan a la órbita de la Tierra a menos de 0,05 UA (Unidad Astronómica, que es la distancia media entre la Tierra y el Sol, aproximadamente 149.6 millones de kilómetros).
«Nuestro objetivo es evaluar la posible amenaza que una población aún no descubierta de satélites venusianos podría suponer para la Tierra y explorar la posibilidad de detectarlos desde la Tierra y observatorios espaciales», explican los expertos.
¿Por qué es difícil observar estos asteroides?
La dificultad para observar estos asteroides se encuentra en su ubicación próxima al Sol, lo que los oculta en el resplandor del Astro rey y limita las posibilidades de detección con telescopios terrestres.
Además, si bien el Observatorio Vera Rubin, de Chile, que comenzará operaciones en julio de 2025, mejorará la capacidad de detección, su efectividad estará restringida por las ventanas de observación disponibles.
Por ello, los expertos proponen el desarrollo de misiones espaciales dedicadas, posicionadas en órbitas similares a la de Venus, para monitorear y catalogar estos objetos potencialmente peligrosos de manera más efectiva.
El planeta Venus tiene al menos 20 asteroides coorbitales que presentan el potencial de “aproximarse a nuestro planeta”. Foto: Shutterstock“Si bien estudios como los del Observatorio [Vera] Rubin pueden detectar algunos de estos asteroides en un futuro cercano, creemos que solo una campaña de observación dedicada desde una misión espacial cerca de Venus podría potencialmente mapear y descubrir todos los PHA [asteroides potencialmente peligrosos] aún ‘invisibles’ entre los asteroides coorbitales de Venus”, aconsejan.
Una situación preocupante
“Los coorbitales de Venus de baja emisividad plantean un desafío único, debido a las dificultades para detectar y seguir estos objetos desde la Tierra”, desarrollaron los autores en la conclusión del estudio publicado.
Y, en consecuencia, sería una muy mala noticia para nosotros si una de estas enormes «rocas intergalácticas» impactara contra la Tierra.
Los asteroides 2020 SB, 524522 y 2020 CL1 miden entre 330 y 1.300 pies de diámetro (entre 100 y 400 metros), lo que hace que cada uno de ellos sea capaz de destruir ciudades enteras y provocar incendios masivos y tsunamis, informó el Daily Mail.
Un impacto dejaría un cráter de más de dos millas (más de 3 kilómetros) de ancho y generaría un millón de veces más energía que la bomba atómica lanzada sobre Hiroshima, Japón, en 1945, concluye el medio citado.
