En respuesta a la clasificación oficial de la NASA, que catalogó al objeto interestelar 3I/ATLAS como un cometa el pasado 19 de noviembre, el profesor de Harvard Avi Loeb volvió a atacar con datos duros que sostienen que “ha llegado el momento de resumir las anomalías del visitante interestelar”, argumentando que la probabilidad combinada de estos eventos sugiere un origen artificial.
Es más, parece que llegó a declarar que el 3I/ATLAS podría tener tripulantes extraterrestres. Las pruebas en que se basa son sus anomalías detectadas, como “las emisiones inusuales avistadas por telescopios y la orientación precisa de su cola, que sugieren un patrón de movimiento controlado por vida inteligente superior a la humana”. En su teoría, “estos seres usarían la gravedad del Sol como impulso, modificando su trayectoria de forma intencional. Tal como lo haría una nave avanzada que viaja a través de sistemas estelares”.
Estas declaraciones generan muchísima controversia entre la comunidad científica y el colectivo de seguidores, a tal punto que dan pie a ideas de todo tipo y color, que alimentadas por las declaraciones de Loeb cobran especial trascendencia. Una de esas tantas teorías es la de José Bacigalupo (explayada arriba en esta página). No obstante, las comunidades astronómicas no se cansan de comunicar que el 3I/ATLAS tiene los rasgos típicos de un cometa. Pero lo insólito es que a pesar de todo, las instituciones espaciales no logran descartar por completo la posibilidad de un origen artificial.
Motivados con la repercusión que estas temáticas generan, consultamos a Tabaré Gallardo, Profesor titular del Departamento de Astronomía del Instituto de Física de la Facultad de Ciencias de la Udelar; y fuimos directo al punto:
–¿Desde la perspectiva de la ciencia actual, qué tan probable es que haya vida extraterrestre en el universo?
–Es consenso de la comunidad científica en general, que tiene que haber vida, pero no hay ningún indicio. Tenemos una idea de cómo surgió la vida en la Tierra, y esa idea la podemos trasladar a cualquier otro planeta, y perfectamente podría funcionar. Pero aunque parece ser que la aparición de vida es un fenómeno natural en un planeta cualquiera, tiene ciertas dificultades para surgir. En el caso de la Tierra, pasaron cerca de mil millones de años, eso puede parecer mucho, pero es una escala razonable para el universo. Lo que quiero decir es que si hay condiciones en un planeta, la vida podría surgir. Pero de ahí a que esa vida evolucione de una forma inteligente es lo más complicado. Eso es lo más difícil de imaginar, porque en el caso de la Tierra pasaron más de tres mil millones de años, donde la vida era únicamente unicelular y luego se fue complejizando. Pero ese proceso de organismos unicelulares a pluricelulares y seres inteligentes, es lo más difícil de reproducir. Hasta ahora no hay pruebas de vida unicelular en ningún otro planeta o asteroide del Sistema Solar. Donde puede haber algún indicio de vida es en el estudio de los planetas extrasolares, o exoplanetas, porque ya hay más de seis mil detectados y los instrumentos de los grandes telescopios van a poder transmitir en poco tiempo datos para determinar su composición química. Entonces, en la medida en que aparezcan atmósferas compuestas que no pueden ser explicadas por reacciones químicas inorgánicas, recién ahí vamos a empezar a concluir que hay actividad orgánica, y por lo tanto actividad biológica.
–¿Cuáles serían esas señales decisivas para afirmar que hay vida; qué tipo de compuestos podrían ser clave exactamente?
–Bueno, no soy experto, pero en el caso de la Tierra, hay una súper abundancia de oxígeno en la atmósfera, que es producto de la vida. Normalmente no hay oxígeno en tal cantidad en otros planetas. Entonces, si uno detecta oxígeno en un planeta extrasolar, uno puede pensar en que hay vida. Pero ocurre que el oxígeno también puede ser generado por procesos inorgánicos. Entonces, tampoco sería tan decisivo como para asegurar una vida inteligente.
–¿Qué opina sobre las declaraciones de Avi Loeb?
–La actividad científica está actualmente muy presionada para conseguir resultados. Es un ámbito muy competitivo, similar al de los escritores o los artistas que necesitan crear. Eso genera una presión en el intelecto muy grande. No es raro que dos por tres algún científico o algún artista se vuelva loco, y es el caso de Avi Loeb.
“Si ciertos seres quieren visitarnos, tienen que darse cuenta que nuestra atmósfera va a ser distinta, y que los microorganismos que hay aquí podrían matarlos. O sea, es muy loco intentar venir a conquistar el planeta. Es venir a luchar contra todo, contra la presión, la temperatura, los microbios…”, aclara Gallardo.
–O sea, ¿para usted las anomalías que él encuentra en el cometa 3I/ATLAS y sus teorías no son coherentes?
–En cuanto al cometa no hay ninguna anomalía. Lo que es anómalo es que un científico de la trayectoria que él tiene, actúe como un niño que no sabe cómo se genera el conocimiento en la ciencia.
–¿Para usted entonces, sus hipótesis no están fundadas en nada?
–Si uno tiene un modelo y una teoría de algo, y observa que el objeto no cumple con la teoría, entonces hay dos posibilidades: o hay un ser extraterrestre ahí haciéndole la vida imposible, o simplemente nuestro modelo está mal. Y lo que pasa es que los modelos que tenemos nosotros en cuanto a las fuerzas que actúan en los cometas son muy precarios respecto a estos objetos tan complejos. Y en el caso del 3I/ATLAS, los modelos no reproducen bien su dinámica porque no es un objeto propio del Sistema Solar, entonces tienen una composición y un comportamiento diferente a los que nosotros conocemos de los cometas del sistema solar. Por eso, antes que apelar a naves extraterrestres, simplemente hay que revisar todos los modelos y hacer las cosas bien. Lo único diferente en el 3I/ATLAS es su composición isotópica respecto a los cometas conocidos del Sistema Solar, pero eso no es una anomalía en sí, porque sabemos que se formó en un lugar diferente al propio Sistema Solar, por su órbita. Nos da curiosidad ver cómo reacciona frente al encuentro con el Sol, porque es muy probable que este objeto sea la primera vez que se arrima a una estrella, por lo que está prístino, y eso nos puede brindar mucha nueva información. En cambio, los cometas que conocemos ya han pasado por el sol muchísimas veces y están muy desgastados.
–¿Cómo explica esa fascinación humana por no estar solos, por tratar de darle a nuestro origen una explicación más allá del ingenio?
–No sé, creo que la tendencia a pensar que es una raza superior, viene del hecho de que nos cuesta admitir que nuestros antepasados fueron mucho más inteligentes que nosotros. La ciencia en sí misma ha crecido enormemente y se ha desarrollado en forma impresionante, pero el promedio de la población no tiene ni idea de estos avances, ni tiene la mínima base científica para entender las cosas más elementales de la ciencia. Por eso, tiendo a pensar que es mucho más fácil creer o pensar que lo que se logró en el pasado fue por la invención de seres muy inteligentes, y no simplemente por el ingenio humano. Antes de admitir que no sé nada, mejor invento que esto fue generado por un extraterrestre muy inteligente que vino una vez. No tiene sentido pensar que viajó y bajó a la Tierra solo para orientarnos en cómo construir pirámides.
–¿No cree que puedan venir a conquistarnos ni nada de eso?
–No, no creo. No. Los viajes son muy largos. Es muy complicado.
–¿Qué rol juega la imaginación y la narrativa en la exploración del universo?
–La cuestión es que el ser humano es muy curioso y le interesa saber dónde está parado. El problema es que necesita un mínimo de orientación, y si ante los avances científicos que tenemos, uno no le llega al ciudadano común, éste no cuenta con una guía para entender la realidad. Entonces su razonamiento se va por cualquier lado. Por eso es tan importante la enseñanza de la ciencia en todos los ámbitos. De lo contrario, la gente no tiene la mínima base como para poder discernir entre una barbaridad, como lo que dice Avi Loeb, y lo que sí dice la ciencia.
–El punto es que Avi Loeb es un científico avalado por una importante trayectoria, y es difícil encontrar declaraciones que lo contradigan en nombre de la ciencia. ¿Por qué la NASA no responde a sus declaraciones?
–A veces simplemente no es necesario responder, porque las afirmaciones que se hacen no tienen ningún valor para la comunidad científica. Lo que si es necesario aclarárselo al público, como en este caso. Yo te respondo, pero la NASA no va a salir a contradecir; porque lo que tendría que decir es: “por favor, a este señor tienen que hacerle un tratamiento”. Eso es lo que tendría que decir la NASA.
“La actividad científica está actualmente muy presionada para conseguir resultados. Es un ámbito muy competitivo, y eso genera una presión en el intelecto muy grande. No es raro que dos por tres algún científico o algún artista se vuelva loco, y es el caso de Avi Loeb,” declara Gallardo.
–¿Cree que puede haber ocultamiento de información de parte de organismos, gobiernos u otras instituciones?
–No. Es que las informaciones ocultas o clasificadas de esta magnitud, se saben tarde o temprano. Es imposible. Descubrir vida acá o en otro planeta, es un hecho tan fuerte, e involucra a tantas personas, que es imposible mantener el secreto.
“No es casual que mientras estas presencias se mueven, algunos gobiernos decidan ocultar la información sobre su verdadera naturaleza, y que otros aprovechen para infundir miedo y confusión”, opina el chamán ecuatoriano, José Bacigalupo.
–Si hubiera pruebas de vida extraterrestre inteligente, ¿cree que la humanidad estaría preparada?
–Si se descubriera, sí, creo que sí. Otra cosa sería que efectivamente vinieran acá y nos visitaran. Ahí no sé qué pasaría. Lo más lógico es que primero logremos comunicarnos de alguna forma. Llegado el caso, si ellos logran comunicarse o establecer un contacto primero, seguramente es porque tienen un desarrollo mayor que el nuestro.
–¿Y eso no cree que pondría en peligro a la Humanidad?
–Quién sabe. Si ciertos seres quieren visitarnos, tienen que darse cuenta que nuestra atmósfera va a ser distinta, y que los microorganismos que hay aquí podrían matarlos. O sea, es muy loco intentar venir a conquistar el planeta. Es venir a luchar contra todo, contra la presión, la temperatura, los microbios… así que tienen que estar muy desesperados para intentar hacer algo así. Además, el tiempo que se requiere es enorme. Así que yo creo que lo más razonable es que se produzca un contacto a través de comunicaciones.
–¿La NASA y otras instituciones abordan esa posibilidad?
–Existe el proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence, o Búsqueda de Inteligencia Extraterrestre) desde hace muchos años, un campo de investigación científica que busca vida inteligente en otros lugares del universo. La principal metodología es detectar señales de radio u ópticas artificiales que podrían haber sido emitidas por civilizaciones extraterrestres tecnológicamente avanzadas. Entonces, si hasta ahora no se encontró nada, capaz que estamos buscando en regiones del espectro electromagnético equivocadas.
Lo que sí se ha encontrado en muchos meteoritos son aminoácidos, que son parte esencial del ADN. También en un meteorito proveniente de Marte (expulsado por un impacto en ese planeta), se encontró algo parecido a un fósil microscópico. Pero eso sigue estando en debate y por más que se afirme que hay microbios en Marte, de ninguna manera estaríamos hablando de una civilización. Los microbios también tienen ADN y eso no significa que sean seres inteligentes.
–¿Qué le interesa ahora a la ciencia?
–La búsqueda de vida extraterrestre. Lo más relevante en este momento es el estudio de los planetas extrasolares, porque ya son muchísimos. Dentro de poco vamos a empezar a conocer las composiciones de sus atmósferas y esto nos puede dar indicios reales para pensar en la existencia de vida.
Apuesta Javier Licandro
El científico uruguayo, doctor en Astronomía radicado en Tenerife, se desempeña como investigador del Instituto de Astrofísica de Islas Canarias. En entrevista con Negocios TV, el pasado noviembre, fue consultado por las polémicas sobre el 3I/ATLAS y las supuestas anomalías difundidas por Avi Loeb. Según Licandro, ”no existe ninguna polémica científica porque el objeto se comporta exactamente igual que un cometa; y todo lo que se presenta como extraordinario, responde a procesos físicos normales, ampliamente documentados en la comunidad astronómica. Es todo un cuento chino alrededor de esas cosas que vienen diciendo desde hace tiempo. Hay que explicarle a la gente, que Avi Loeb no es un científico planetario. Sabe de galaxias, estrellas y cosmología; pero del sistema solar, nada. Está claro por todos los disparates que dice. El cometa 3I/ATLAS no es una nave alienígena, ni se comporta de manera anómala, todo es falso. Está completamente equivocado. Demuestra ser un ignorante en el tema. Es insólito que tenga la repercusión que tiene, pero se monetiza mucho con estas cosas. Genera muchos clicks, muchas entrevistas, se venden libros; y eso tira. Se le dedica un montón de tiempo a una cosa que es puro entretenimiento. Avi Loeb no está hablando de ciencia, sino de cosas conspiranoicas. Esto está a nivel de los chips de las vacunas del COVID y todos los disparates que tuvimos durante la pandemia, los antivacunas y demás. Todo eso no deja de ser una especulación conspiranoica pura y dura”. Al finalizar la entrevista, el comunicador le pregunta al científico uruguayo qué se puede esperar para el 19 de diciembre, día en el que el cometa pasará más cerca de la Tierra. A lo que contestó: ”no espero ver más que un objeto que parece estar bastante activo, y es muy interesante estudiar. Pero no va a pasar nada, no va a mandar sondas alienígenas, no van a venir marcianitos verdes, ni va a cambiar la trayectoria. ¡Mil a uno a que no viene contra nosotros en ningún momento! Ni se desvía. Ni manda ninguna sonda”. Así retó al comunicador quien respondió: “Esperemos que sí, que esté en lo cierto. Pero yo no apuesto”.
Habla José Bacigalupo
Una de las teorías que trasciende en redes sociales, afirma que el 3I/ATLAS no es un cometa cualquiera. ”Se trata de una nave de abastecimiento que entra y sale de nuestro Sistema Solar, acompañada por otras naves más pequeñas que trabajan silenciosamente en rutas energéticas y en redes invisibles que rodean a éste y otros planetas. Hace poco, pasó cerca de Marte y justo en ese momento los instrumentos que podrían haberlo registrado con mayor detalle dejaron de funcionar o se pusieron fuera de servicio, bajo la explicación oficial de que hay falta de presupuesto. No es casual que mientras estas presencias se mueven, algunos gobiernos decidan ocultar la información sobre su verdadera naturaleza, y que otros aprovechen para infundir miedo y confusión. Por eso, es tan importante que sepamos de qué se trata realmente y que permanezcamos en nuestro centro. No se trata de invasión ni de salvadores externos, se trata de un movimiento mayor que busca que sepamos quienes somos, que fortalezcamos nuestra consciencia para poder atravesar los cambios que ya están en curso. Estas naves no vienen a imponer nada, sino a abrir posibilidades para que despertemos. Para que la humanidad active su memoria cósmica y su poder creativo. Y aunque puedan intentar distraernos o manipular la narrativa, nada puede sustituir la claridad interior que cada uno cultiva. Estamos viviendo tiempos enormes, donde las señales en el cielo acompañan los procesos en la Tierra. Mantengamos la calma, la coherencia y la unión. Somos parte de este momento y también de su propósito”. Esta es la declaración del chamán ecuatoriano, José Bacigalupo (1988), creador del portal @ufocamping, reconocido por haber protagonizado una misión de contacto con seres de otros mundos.
