El español Carlos Alcaraz, N.2 del mundo y vigente campeón de Roland Garros, se clasificó este viernes a octavos de final del torneo parisino tras eliminar a Damir Dzumhur en tercera ronda, a pesar de ceder un set ante el bosnio.
El tenista murciano de 22 años se impuso a su adversario de Sarajevo por 6-1, 6-3, 4-6, 6-4 en 3 horas y 14 minutos, y pugnará por un puesto en cuartos el domingo con Ben Shelton (13º), uno de los tres estadounidenses presentes en la ronda de octavos del Grand Slam sobre tierra batida junto a Tommy Paul y Frances Tiafoe.
Alcaraz, ganador este año de los Masters 1000 de Montecarlo y Roma, y finalista en el torneo de Barcelona, suma 18 victorias y una sola derrota en la temporada sobre tierra batida, y aseguró su presencia entre los 16 mejores en Roland Garros por cuarto año seguido (cuartofinalista en 2022, semifinalista en 2023 y campeón el año pasado).
Dzumhur (69º del mundo), por su parte, no pudo convertirse en el primer bosnio en acceder a los octavos de final de un Grand Slam.
– Saber sufrir –
El español, que se estrenaba en esta edición Roland Garros en el turno de noche, mandaba dos sets a cero cuando no se había cumplido la hora y cuarto de partido.
A pesar de sendas amenazas de ‘break’ en el primer juego del partido, Alacaraz las esquivó y rompió el dos ocasiones el servicio del bosnio para llevarse la primera manga en 28 minutos.
Los quiebres del servicio de Dzumhur llegaron en el tercero y en el noveno y último juego del segundo set.
Pero lo que parecía iba a ser un paseo triunfal se complicó en el tercer set para el cuatro veces campeón de Grand Slam, que cometió 20 errores no forzados.
«Hoy, sinceramente, no me divertí tanto. Sufrí bastante», reconoció Alcaraz nada más terminar su partido.
«Por eso es tan difícil lograr un resultado en Grand Slam, porque tienes que mantener un nivel muy alto durante tres o cuatro horas», explicó la estrella de El Palmar.
Si la directora de Roland Garros Amelie Mauresmo había explicado horas el mayor número de partidos masculinos en el turno de noche en base a que los partidos de hombres son al mejor de cinco sets, y por tanto, pueden ser de mayor duración que los de las mujeres (tres sets), Alcaraz pareció empeñado en apoyar ese argumento alargando el partido al menos a un cuarto set.
El pupilo de Juan Carlos Ferrero, aunque vio roto su servicio al inicio de esa cuarta manga, sacó su mejor tenis para iluminar la noche parisina sobre la Philippe-Chatrier y demostrar que también sabe sufrir.
París, Francia. AFP.
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En un deporte en el que el silencio debe ser sepulcral, la algarabía del público en la primera semana de Roland Garros en partidos con tenistas franceses ha suscitado críticas entre los rivales. ¿Pero influye ese ambiente en el resultado?
«¡Me han escupido!»: derrotado por el francés Quentin Halys el miércoles en la volcánica pista 14, el serbio Miomir Kecmanovic describió un ambiente «horrible para jugar, una sensación desagradable».
En la pista Suzanne-Lenglen con su aforo para 10.000 personas, la polémica llegó con las declaraciones del español Jaume Munar, eliminado por el francés Arthur Fils, quien denunció «una falta de respeto absoluta».
– «Una batalla» –
«Es el no parar de cantar, de interrumpir, al final lo que pasa es que no dejan que el juego avance, y parece un ‘show’, muy bonito para el espectador, pero también creo que deberían recordar que estamos aquí para hacer nuestro trabajo», denunció el mallorquín.
«Lo que no puede parecer es un circo, y hay momentos en que esto parece un teatro», sentenció Munar.
«Cuando ves al público en fútbol, en la NBA, aquí no es nada», estimó, desde otro punto de vista, Arthur Fils.
«Cuando vamos a Australia y jugamos con australianos, o a Nueva York con estadounidenses, hay tíos que te chillan al oído durante tres, cuatro horas», argumentó el francés.
Fils, con molestias físicas, destacó el papel del público, sin el cual hubiera tenido «un 0% de posibilidades» de terminar el partido.
El propio Carlos Alcaraz sabe lo que es tener que lidiar con el público francés cuando éste apoya a uno de los suyos. Lo sufrió en su derrota ante Ugo Humbert en el Masters 1000 de París en 2024, y contra Hugo Gaston tres años antes en el mismo torneo.
Con 38 años y 24 títulos del Grand Slam, Novak Djokovic parece más resignado; «Es una batalla, no sólo contra el adversario».
También el jueves, en su partido contra el francés Corentin Moutet en la Suzanne-Lenglen, ‘Djoko’ tuvo que detenerse un momento al saque para lanzar al público: «¡Eh, un respeto!».
El serbio se refirió al asunto, sonriente en sala de prensa: «Permanecí tranquilo todo el partido, no fue fácil visto el ambiente pero es normal contra un francés».
Anteriormente esta semana había estimado que en París, la gente es más «ruidosa, más apasionada» que en otros torneos ‘Grandes’.
Aunque a diferencia del Abierto de Australia, donde el serbio logró diez títulos, Roland Garros aún no ha instalado un bar junto a una de sus pistas.
En enero en Melbourne, el canadiense Felix Auger-Aliassime y el español Alejandro Davidovich, que se enfrentaban en una pista vecina a la que cuenta con el bar, pidieron un cambio a una pista más alejada del ruido.
La rusa Anastasia Pavlyuchenkova también protestó por la actitud de los espectadores en la pista 6: «La gente estaba borracha y gritaba, comía y bebía».
– «Lo siento» –
Djokovic, que a menudo parece sentirse cómodo en ambientes hostiles, inspira a algunos jugadores como el checo Jakub Mensik, vencedor en primera ronda ante Alexandre Müller, que imitó los gestos de un director de orquesta mientras arreciaban los abucheos.
«Es así como son los franceses, lo siento», afirmó, por su parte, el presidente de la federación Francesa de Tenis Gilles Moretton. «Apoyan a sus jugadores y quizá hacen demasiado ruido».
«Creemos que esa atmósfera es buena para el tenis, si va demasiado lejos debemos decir algo», puntualizó.
Para el N.1 del mundo, Jannik Sinner, que ha eliminado en la primera semana a dos jugadores locales, Arthur Rinderknech y Richard Gasquet, el público se mostró «muy respetuoso».
«Lo más importante es hacer un buen partido. Para eso viene la gente a ver tenis, ¿no?».
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Los New York Knicks vencieron 111-94 a los Indiana Pacers, anoche en el Madison Square Garden, en el quinto juego de la final de la Conferencia Este de la NBA, con Jalen Brunson como figura con 32 puntos, y extendieron la serie a un sexto duelo en Indianápolis.
El cuadro neoyorquino marcó el camino a la victoria desde un gran esfuerzo defensivo, que tuvo como resultado 45 puntos en la primera parte para Indiana.
Los Pacers venían de un cuarto juego en el que anotaron 43 puntos solamente en el primer cuarto.
«Logramos detenerlos temprano y luego convertimos nuestras oportunidades», dijo Jalen Brunson. «Simplemente jugamos mejor, jugamos a nuestro nivel».
«Vamos a concentrarnos en ir paso a paso, un cuarto a la vez y así tendremos oportunidades».
Brunson, de 28 años y ganador al premio al Jugador Más Clutch en la presente temporada, terminó el partido con 32 puntos conectando 12 de sus 18 intentos desde la cancha, incluidos cuatro triples.
Un sentido de urgencia trasladado a la presión defensiva puso a los Knicks en una posición cómoda en un partido de alta tensión, en el que no podían bajar la guardia o ponían en riesgo la temporada.
El dominicano Karl-Anthony Towns, quien volvió a sufrir problemas de faltas, completó un doble-doble de 24 puntos y 13 rebotes.
AFP.
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