A Cerro Porteño le volvió a pasar en el clásico ante Olimpia, lo que en muchas ocasiones se dio una vez que llegaba la hora de un partido trascendental y a estadio lleno.
El equipo no cumplió y el pueblo azulgrana se retiró muy frustrado de la Olla azulgrana por una igualdad que lo frenó en la lucha por el título.
El futbolista Jorge Morel, en rueda de prensa, habló sobre ese famoso «miedo escénico» en partidos candentes y tomó una clara postura.
«No creo que pase eso (miedo escénico), hay que tener en cuenta que los rivales vienen y tienen su planteamiento, su manera de jugar. Los partidos que jugamos a estadio lleno fueron partidos de Copa o clásicos, la verdad que eso nos motiva mucho, yo creo que nos faltó suerte nomás en algún caso» respondió el mediocampista.
A pesar del empate con sabor a derrota para el azulgrana ante Olimpia, el equipo sigue peleando en los dos frentes, el Clausura y la Copa Paraguay.
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Mientras se habla de la «reestructuración» del plantel, en Libertad asoma el primer jugador a ser renovado.
Según informa el periodista Andrés Rolón, la Comisión Directiva pretende extender el vínculo con Iván Franco, al menos hasta el 2027.
«El jugador analiza la oferta y se tomará su tiempo para contestar», refirió el periodista de Versus radio.
Libertad le realizó la propuesta de renovación de contrato a Iván Franco por 2 años más.
El jugador analiza la oferta y se tomará su tiempo para contestar. pic.twitter.com/J7DSJDQj61
— Andrés Rolón (@AndresRolon86) October 21, 2025
Así las cosas, tal vez Franco continúe en Tuyucuá, así como Hugo Fernández, sobre quien se sabe Libertad espera que Olimpia acepte la oferta para adquirir la totalidad de su pase.
Son 10 los contratos que culminan en diciembre y la gran mayoría no continuará.
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El golero de Olimpia, Gastón Olveira, la gran figura que tuvo el franjeado en el empate 1-1 ante Cerro Porteño, en el superclásico disputado el domingo en La Nueva Olla, no ocultó su emoción por lo que le ha generado esos dos penales atajados ante el tradicional rival, que le valió ser tendencia.
«Lo hablaba con un amigo, con un colega, el pelado Federico Cristóforo, que es mi gran amigo, y me decía en la noche, ‘es el sueño del pibe’, el sueño del arquero, atajar un penal, que quede el rebote y volver a sacarla en la línea. Es algo así como hacer el mejor gol para un delantero», reconoció en charla con Olimpia Media.
«Para el arquero, una de las situaciones en las que más vulnerable estamos por la desventaja que tenemos es el penal, el atajarlo ya es complicado, y el poder volver a atajar un rebote casi sacándola de la línea con dos jugadores de ellos también viniendo encima de uno, la verdad que a uno lo llena de esa satisfacción de que para todo lo que nos preparamos poder llevarlo a la cancha que es muy importante», afianzó.
El «Tonga», como lo apodan al guardameta uruguayo, se animó a hacer una especie de análisis de cómo encaró y vivió ese duelo ante Jonatan Torres, delantero azulgrana, al que le paró dos penales.
«La verdad que me iba a tirar para el otro lado, en mi mente estaba. Cuando él se posiciona para patear, por como se había posicionado, pensé que me iba a cambiar y generalmente yo personalmente cuando tomo la decisión de tirarme a un lado no hay nada que me cambie, después uno puede acertar o no», indicó.
«En la primera vez quizás, en la carrera de él, en los últimos pasos como que la posición de su cuerpo me hizo cambiar en esa milésima de segundos. Incluso estuve mirando el video hace rato y yo hago el movimiento como para tirarme a la derecha y a último momento me acomodo como para ir al otro lado. Por suerte esa intuición a lo último me sirvió para volver a atajarlo», sostuvo.
Se dice que los penales es a la suerte, pero para Olveira también hay mucho de lo mental.
«Me gusta mirarlo a los ojos, me gusta ver, para mi el cuerpo habla mucho, la posición como uno se para, la presencia que marca, para mi el cuerpo habla solo y las miradas», argumentó.
«Tenía la sensación tanto en el primero como en el segundo de que ya en ese punto le había ganado la pulseada, desde la posición, desde la energía, esa que uno siente en ese momento, me sentía ganador, sentía que podía y después al poder atajarlo toda la euforia y todo lo que significa», acotó.
«Era un convencimiento de que todo compañero que se me arrimaba a chocarme las manos, a un aliento, incluso antes del primer penal yo le digo a ‘Tutu’ Vargas, si patea tal jugador me voy a tirar a tal lado, como para que ellos también estén pronto para el rebote hacia el lado en que yo me tire», señaló.
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