Puede gustar o no, pero con el DT argentino, el Ciclón encontró una forma real de jugar y plantear los partidos, y con el correr del tiempo, se ha mostrado algo más abiertos a diversos planteamientos, no solamente desde lo estratégico, sino también en lo táctico.
Martínez atraviesa su mejor momento desde que llegó a Barrio Obrero: encontró una base casi inamovible, Cerro sabe hoy día a qué juega y empezó a exprimir el potencial de jugadores como Pérez, Riveros, Iturbe y Araújo, aunque todavía le queda pendiente darle más herramientas a otros.
Con Diego Martínez, Cerro prioriza la posesión, aunque también se ha adaptado al juego largo, aprovechando la potencia física de Jonatan Torres y la velocidad de los extremos, principalmente de Juan Iturbe.
El Ciclón tiene patentado como sistema táctico el 4-2-3-1, con Araújo siendo un enlace en la faceta de construcción, entre Iturbe y Cecilio, aunque fácilmente se transforma en un 4-4-2, dependiendo de la altura que ocupe Araújo, que hay momentos en el que se para de doble 9.
La gran ventaja y virtud adquirida por el equipo azulgrana ha sido encontrar a dos laterales muy sólidos y con vocación ofensiva, como Fabricio Domínguez y Blas Riveros.
Hasta aquí, la cuenta pendiente de Martínez con Cerro, es ganar partidos importantes, principalmente un superclásico. Los dos que dirigió en el Apertura, los perdió.
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Olimpia se juega demasiadas cosas en el superclásico y aunque llega en un momento no muy bueno, está obligado a ganar para descontar puntos hacia al cima.
Ramón Díaz todavía no tiene muy definido el equipo, ya que existen dudas principalmente en el arco, un puesto muy sensible. Gastón Olveira tiene chances, pero sería probado una última vez y de no pasar la prueba, debutará ante Cerro Porteño el chico de la casa, Lucas Verza.
Las otras variantes serían la de Alexis Cantero en lugar de Héctor David Martínez y Fernando Cardozo de extremo por derecha ante el regreso de Lucas Morales como lateral y el que perdería su puesto es Rodney Redes.
El once decano para el clásico sería con Lucas Verza; Lucas Morales, Gustavo Vargas, Manuel Capasso y Alexis Cantero; Hugo Quintana, Richard Ortiz y Giovanni Bogado; Fernando Cardozo, Adrián Alcaraz e Iván Leguizamón.
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Si alguien dio al cara por el equipo franjeado en las primeras cinco fechas del Clausura, ha sido el mediocampista de 23 años que regresó mucho más maduro y completo del fútbol uruguayo.
Quintana se volvió el jugador clave en el mediocampo: ofrece salida, distribución, ruptura de líneas y tiene mucha influencia en los goles, ya sea con asistencias o cerrando dentro del área rival.
El volante ya sabe lo que es jugar y anotar en clásicos y hoy por hoy, es el mejor jugador que tiene Olimpia, un equipo que sigue en construcción y que puede solidificar un gran once, siempre teniendo como fijo a Huguito, ya sea como interior o jugando en la figura del doble seis.
En solo cuatro partidos, de los cuales en tres fue titular, ya hizo dos goles y aportó dos asistencias para el Franjeado.
