Gustavo Alfaro es uno de los principales responsables, sino es el principal, del renacimiento de la Selección Paraguaya y de la gran relación que existe actualmente entre la Albirroja y todo un país. En los últimos combos de las Eliminatorias Sudamericanas, las calles de prácticamente todas las ciudades del Paraguay se volvieron una fiesta, como en los viejos tiempos o quizás más.
El «Cazador de Utopías» es consciente de lo que genera el combinado guaraní en cada uno de los habitantes de este bendita tierra y es por eso que se animó a dar algunos consejos a sus muchachos para no equivocar el camino del éxito.
«La Selección está cruzada de Norte a Sur, de Este a Oeste, por un sentimiento común, y en mis manos yo tengo la responsabilidad tan grande de poder darle alegría. Y la alegría y la felicidad es un derecho que todos tenemos, todos tenemos derecho a ser feliz. Ahora, ese derecho no viene impuesto, hay que conquistarlo, hay que salir a buscarlo, hay que salir a conseguirlo», mencionó en conferencia de prensa.
«Yo siento que la selección no va a resolver los problemas cotidianos, y no tiene por qué, pero sí podemos darles, y eso se lo decía hoy a los chicos, un espacio de felicidad porque es una conquista y ahí es donde a los chicos les digo que no pierdan la humildad, que no pierdan la generosidad, que no pierdan lo que son, que sigan teniendo memoria, pero que sigan siendo agradecidos», aseguró.
Y Gustavo Alfaro recordó: «La selección nacional une un país».
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El entrenador de la Selección Paraguaya de Fútbol, el argentino Gustavo Alfaro, parafraseó a Julio Cortázar, reconocido exescritor argentino, para explicar el sentimiento que existe entre Paraguay como país y el estratega, que devolvió la felicidad a un país devolviendo a la Albirroja en los sitiales de privilegio.
«Yo siento que estaba necesitando un lugar como este, era como el libro Rayuela de Cortázar, donde andaban sin buscarse pero andaban para encontrarse, en ese relato que Cortázar hace en un libro que se puede leer de distintas maneras. Entre la Maga y Horacio, los personajes de la historia, son personas que andan buscándose sin saber que se andan buscando hasta que llega un punto en que se encuentran, y creo que en algún punto me pasa eso con Paraguay», mencionó en conferencia de prensa.
Alfaro recordó que cuando llegó recién lo miraron con un poco de cautela, pero que pese a eso encontró las puertas abiertas de un país que lo acogió de la mejor manera.
«Honestamente, cuando llegué miré que me miraban de costado, era como «era uno más que viene a…». Pero es así, no me molesta ni me incomoda. Pero sí sentí que me abrieron las puertas de cada lugar a donde quise ir, de cada cancha, de cada petición», manifestó.
«Son de esos lugares donde vos venís y te reconocés, y yo digo: ‘pucha, si yo no vine antes acá’, cómo hace que yo me reconozca tan cómodo en estos lugares, tan a gusto en estos lugares. En algún punto me pasó con Ecuador también», explicó.
«El final con Ecuador para mi fue muy duro, tener que irme de Ecuador y de la manera en que me tuve que ir, fue muy duro para mi. Me recibieron muy bien en Costa Rica, pero yo sentía que estaba necesitando encontrar un lugar muy a fin con lo que siento y con lo que pienso, donde uno tuviese los medios para desarrollar un proyecto y donde uno se pueda probar de que las cosas que se habían hecho en otro lugar no habían sido obra de la casualidad sino de la causalidad, de apostar a un proyecto de trabajo», expresó.
Gustavo Alfaro siguió con su sentida alocución hablando del pueblo paraguayo y dejando la palabra exacta que describe lo que ha recibido de todo un país.
«Si hay algo que me dio el pueblo de Paraguay fue gratitud y ojalá yo tenga la capacidad de estar a la altura de esa demanda de sentimiento que un país entero me está dando», enfatizó.
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La selección paraguaya juega uno de los partidos más importantes de los últimos tiempos ante Brasil y por lo menos un punto, será de vital importancia para sellar el regreso a una Copa del Mundo luego de 16 largos años.
Paraguay tendrá una baja sensible, que es la de Matías Galarza, quien recibió su segunda amarilla ante Uruguay y quedó suspendido automáticamente contra Brasil.
El sustituto del hombre de Talleres está entre Mathías Villasanti y Damián Bobadilla, quien perdió un poco de terreno dentro del equipo base, pero ante la ausencia de Diego Gómez y antes de que aparezca Galarza, siempre fue el elegido por Alfaro.
Con la variante en el medio, Diego Gómez seguramente pasará a ocupar el lugar de volante por derecha y Almirón pasará por izquierda.
La otra cuestión a definir sería quién estará como centrodelantero, ya que este partido exigirá otro tipo de desgaste y por características podría ser titular Isidro Pitta o también Gabriel Ávalos.
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