Al alcanzar la final de la Champions, el PSG logró reivindicar su decisión de abandonar la política de fichar superestrellas y poner fe en el hambre de un equipo joven liderado por Luis Enrique.
Desde que fue adquirido en 2011 por el Qatar Sports Investments, el PSG ha temblado en las grandes ocasiones, pero el atractivo equipo actual, entrenado por el asturiano, ha sorprendido a toda Europa.
La victoria por 2-1 contra el Arsenal en un Parque de los Príncipes lleno y entregado a la causa, aseguró el boleto para citarse con el Inter de Milán el próximo 31 de mayo en la final de Múnich.
En su camino hasta ese partido, el ya proclamado campeón de Francia ha vencido a cuatro equipos de la potente Premier League. Primero fue el Manchester City en la fase de liguilla, luego el Liverpool en octavos, el Aston Villa en cuartos y los ‘Gunners’ en semifinales.
Todo ello logrado con una plantilla joven, con hasta seis jugadores de los once titulares contra el Arsenal de 24 o menos años. El jugador de mayor edad, el brasileño Marquinhos, tan solo tiene 30 años, mientras que el Inter contó con hasta tres jugadores de 36 o más años la víspera contra el FC Barcelona.
La victoria del miércoles desató celebraciones por todos los rincones de la capital, una imagen que parecía imposible a finales de 2024. El PSG perdió tres de sus primeros cinco partidos de Liga de Campeones esta temporada, y el riesgo de una eliminación temprana pareció real.
Ese peligro se sumaba al luto tras la salida de Kylian Mbappé, máximo goleador del club ahora en el Real Madrid, y al recuerdo traumático de las semifinales de 2024 perdidas contra el Borussia Dortmund.
– Una mentalidad diferente –
Parecía que el PSG estaba más lejos que nunca de lograr la Champions, y quizás Mbappé pensó que tendría una mejor oportunidad de ganar el ansiado título continental con el Real Madrid.
Pero Luis Enrique, nombrado en 2023 justo cuando Lionel Messi y Neymar dejaban el club, ha transformado al equipo, y el PSG ha alcanzado nuevas cotas en esta segunda mitad de temporada.
«El entrenador ha ido paso a paso. Llegó y vio que había que mejorar muchas cosas», declaró Marquinhos a Canal Plus.
«Había que cambiar el ADN, había que instaurar una mentalidad, y no era cosa de un día».
Donde una vez hubo tres superestrellas al ataque que no defendían, ahora hay un PSG voraz a la presión, defendiendo arriba para ahogar a los rivales.
«El entrenador dice que es muy difícil ser atacante en este equipo porque requiere mucho esfuerzo», añadió el defensa brasileño.
«Cuando juegas de una forma colectiva como esta, ganas mucha confianza, así que todo se reduce al trabajo duro y también a la calidad de los jugadores».
Así, el PSG ha pasado de ser víctima de burlas a ser la envidia del continente.
«Esto nos hace pensar en todo lo que hemos pasado, todas las cicatrices. Algunos jugadores acaban de llegar, quizás no saben lo difícil que es llegar tan lejos», declaró Marquinhos, en el PSG desde 2013.
Esta transformación no ha sido barata, y el PSG volvió a gastar más de 600 millones de euros (677 millones de dólares) en los últimos dos años.
Pero el dinero se ha invertido bien, a imagen del fichaje el pasado mes de enero del georgiano Khvicha Kvaratskhelia del Nápoles.
«Todo el mundo quiere ganar la Champions League, los 36 equipos, pero solo un número muy pequeño puede hacerlo», dijo Luis Enrique, quien ganó la competición con el Barça hace una década.
«Nuestro objetivo es hacer historia y nos sigue quedando un paso más».
– ¿Se repetirá la historia? –
La final de este año será la primera sin clubes de España, Inglaterra o Alemania desde 2004, cuando el Oporto se impuso al Mónaco en Gelsenkirchen. Para el PSG será la segunda de su historia, tras la derrota contra el Bayern Múnich a puerta cerrada por la pandemia el año 2020, en Lisboa.
Los parisinos se jugarán el título en Múnich, donde el Marsella ganó e 1993 la única Liga de Campeones del fútbol francés, precisamente contra la némesis del Inter, el AC Milan.
¿Es quizás una señal?
«No olvidemos que es su segunda final en tres años, lo que demuestra que son un equipo bien posicionado», advirtió Luis Enrique sobre el Inter, tres veces campeón de la máxima competición europea.
«Obviamente tienen más experiencia, no solo por los jugadores que tienen sino también como club».
«Pero desde que llegamos aquí hemos soñado con tener la oportunidad de jugar estas finales y ganar trofeos», avisó el asturiano.
París, Francia. AFP.
Olimpia se mide este jueves a Vélez Sarsfield por la cuarta fecha del Grupo G de la Copa Libertadores con la necesidad de ganar para seguir con vida. Un resultado distinto lo podría dejar fuera o muy complicado.
Para este partido, el entrenador Fabián Bustos tiene el equipo definido para arrancar y se va afianzando la línea de 3 defensores, algo que desde hace varias fechas el DT busca impone.
Según la información del periodista de Nación Media, Álvaro Aponte, el once decano que arrancará el partido será con: Gastón Olveira; Robert Rojas, Lisandro López y Axel Alfonzo; César Olmedo, Javier Domínguez, Richard Ortiz y Facundo Zabala; Rodney Redes, Derlis González e Iván Leguizamón.
El once es el mismo que inició el segundo tiempo del superclásico, donde Olimpia mejoró considerablemente y logró empatar el partido, que luego lo terminaría ganando sobre el final.
Olimpia se juega la vida en la Copa Libertadores este jueves desde las 19:00 cuando enfrente a Vélez Sarsfield en el estadio José Amalfitani, con la obligación de sumar.
El entrenador Fabián Bustos apela casi netamente a lo anímico para este juego, valiéndose del gran triunfo de visitante conseguido en el superclásico el fin de semana ante Cerro Porteño.
«Siempre es bueno ganar el clásico, debe ser de los partidos más importantes del año», comenzó diciendo.
«El ánimo del grupo subió, se trabajó con más confianza, (los jugadores) empezaron a recuperar más y ojalá que eso nos dé un buen envión anímico porque necesitamos conseguir un resultado importante. Vamos a enfrentar a un buen equipo, pero necesitamos hacer mejor las cosas que ellos», sentenció.