Gustavo Alfaro, entrenador de la Selección de Paraguay, no quiere saber nada de favoritismos y pidió seguir manteniendo los pies sobre la tierra. El «Cazador de Utopías» reconoció que a la Albirroja aún le falta muchísimo por crecer, pero mientras tanto las victorias van haciendo su papel.
«Los triunfos, ¿para qué sirven? Para incrementar confianza y para reafirmar las convicciones, para eso sirven los triunfos. Entonces esto incrementa nuestra confianza y reafirma nuestras convicciones», manifestó con respecto a la alegría que consiguió el combinado guaraní frente a Chile.
«Para intentar una pelota parada que la quisimos hacer en el principio del partido y no nos salió, intentarla después a los 25 minutos del segundo tiempo y que salga. Eso es confianza, eso es seguridad y reafirmar las convicciones para decir este es el camino que tenemos que recorrer, para nada más», aclaró.
No obstante, Alfaro reconoció que Paraguay está creciendo a pasos agigantados y se está convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza para los rivales, como en los viejos tiempos.
«Sí demostramos que somos un equipo complejo, que tiene sus capacidades, que tiene su talento, que tiene sus recambios, que tiene sus fortalezas, pero también como todo el mundo, tenemos nuestro costado», expresó.
«La única manera de que la cabeza no se vaya más allá de la altura de los hombros es tener los pies sobre la tierra. Si yo me creo todo lo que se dice lo más probable es que me peguen un cachetazo y me tiren al piso», advirtió.
«Proverbio chino muchachos, todo clavo que sobresale recibe un martillazo. Vamos a estar abajo», pidió.
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En algún momento llegó algo resistido como muchos otros naturalizados, pero Juan José Cáceres demostró que por sus venas corre sangre guaraní y ha conquistado el corazón de todo Paraguay con una entrega y un amor propio increíble.
El lateral derecho indiscutible que tiene hoy la Albirroja brilló para el continente por haber borrado en su momento a Vinicius, pero no se quedó ahí y en cada partido mostró incluso una versión mejorada.
Ante Chile fue clave nuevamente en ambas facetas: defensivamente arrolló con Aravena, al que le sacó prácticamente un gol, en una carrera con desventaja; con su velocidad es esencial para el fondo a la hora de cerrar con cruces oportunos, es muy tiempista para anticipar y tiene la agresividad necesaria para defender.
Ofensivamente tiene buenas proyecciones y sabe elegir muy bien los momentos para abrir la cancha cuando el volante por fuera atrae la marca hacia adentro. Por si fuera poco, posee un juego aéreo fantástico y de hecho el gol de Paraguay llegó de una jugada de laboratorio, con participación estelar suya por la vía aérea.
Ante la Roja, Juan Cáceres fue el jugador con más pelotas recuperadas, con 16 en total, ganó 10 duelos e interceptó 8 pelotas, todos gracias a su intuición y anticipo.
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El seleccionador de Paraguay, Gustavo Alfaro, fue consultado sobre las similitudes que ve en la Albirroja actual con la Selección que dirigió Gerardo Martino y el «Cazador de Utopías» terminó realizando un análisis bastante llamativo que lo cerró fiel a su estilo; con una ejemplificación.
«Los rasgos que yo recuerdo con los del 2010 son las formas. Me acuerdo que una vez habíamos hablado y tenían que resolver qué hacemos si tenemos que buscar un partido y falta un instante, esto o lo otro, todas cosas que después se terminaron dando y todos esos dilemas que a veces los entrenadores nos planteamos en esos escenarios hipotéticos que jugamos cuando empezamos a proyectar partidos del Mundial», manifestó.
«La identidad era saber que jugaba Paraguay y Paraguay te ponía un resultado de incertidumbre porque vos no podías dar por sentado que le ibas a ganar a Paraguay y ya eso habla muy bien de un equipo, porque habla de un equipo que no tenía grietas, de un equipo que se manejaba de una manera muy sólida», enfatizó.
Alfaro incluso hizo hincapié en Justo Villar, quien formó parte de aquella camada dorada y reconoció que lo ayudó a conocer algunos detalles de aquel proceso.
«Justo era parte de ese plantel y después un montón de cosas que uno se fue enterando del por qué y fundamentalmente el manejo interno, de cómo se habían manejado las distintas situaciones de crisis, cómo manejaron las distintas circunstancias para que el grupo sea el grupo y cómo tenía que responder en cada circunstancia», mencionó.
A partir de ahí, el «Cazador de Utopías» ya fue adentrándose más en la Albirroja que participó del Mundial 2010 y al que conocía bastante bien por lo que se entiende. Alfaro fue comentarista de TV en ese evento ecuménico que se llevó a cabo en Sudáfrica.
«Las cosas no son obra de la casualidad. Se dio esa conjunción de un cuerpo técnico que había pensado muy bien todo ese proceso, que había diseñado muy bien todo ese mundial, y un grupo de jugadores convencidos donde lo definía la verdadera estirpe del fútbol paraguayo. Por eso se dio lo que se dio, no es obra de la casualidad», expresó.
«Algo habrá ocurrido que en algún punto todo eso que se había armado y que había costado muchísimo, se terminó desarmando. Armar un equipo sólido, una estructura sólida, lleva mucho tiempo, y que destruirla, se destruye en un instante cuando se pierde la esencia o la identidad de las cosas que se perdieron tal vez en el medio del camino», acotó.
Por último, calificó a Gerardo Martino de «buen inquilino» y se puso como objetivo dejar una mejor selección de la que agarró cuando llegó.
«Nosotros acá estamos de prestado, yo acá soy un inquilino, a mi me rentaron la Selección de Paraguay. Yo tengo que tratar de devolverla mejor que la recibí. Pues si soy un buen inquilino, debo devolverla con las paredes pintadas, el jardincito arreglado, con flores. Si la tapa del baño está roto y el espejo está en el piso, yo no soy un buen inquilino», enfatizó.
«Y no tengo ninguna duda que el ‘Tata’ fue un buen inquilino, porque devolvió la Selección de Paraguay mucho mejor de la que la recibió», finalizó.
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