El centrocampista de terrible pegada, que en su momento estuvo en la mira de clubes como Guaraní y Luqueño, tendrá una chance en la Liga de Azerbaiyán.
El jugador paraguayo Luis Ortíz (25) prepara maletas para lo que será su aventura en el límite natural entre Europa Oriental y Asia, en la región del Cáucaso.
En este sentido, el presidente del Sportivo Ameliano confirmó en radio 1080 que, efectivamente, el futbolista arregló la operación y no continuará para el torneo Clausura 2025.
«Luis Ortíz es baja, tiene una (oferta) de Azerbaiyán», contó.
A ciencia cierta, Ortíz no será el primer compatriota en tan lejanas tierras. Se sabe de la incursión Derlis Meza Colli (quien pasó por Cerro Porteño), Diego Valdez, Julio Rodríguez y Eric Rámos, entre otros.
Destino inesperado para el ex Sol de América, quien jugó 23 partidos; 22 de Liga local y 1 de Sudamericana, e hizo 3 goles y 2 asistencia en lo que va del 2025.
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El flamante nuevo Mundial de Clubes reunirá desde el sábado en Estados Unidos a algunos de los clubes más prestigiosos del planeta como Real Madrid, PSG, River Plate, Boca Juniors o Flamengo… y luego estará el Auckland City, un equipo amateur cuyos jugadores son estudiantes, profesores o agentes inmobiliarios.
Los ‘Navy Blues’ entrarán en la competición contra el Bayern Múnich de Harry Kane el lunes en Cincinnati (Ohio). Después del gigante de la Bundesliga, se enfrentarán a otros dos pesos pesados, Benfica y Boca Juniors.
«Probablemente es el grupo con el que soñábamos», dice a la AFP el delantero Angus Kilkolly, de 29 años, quien confiesa su entusiasmo por estar en la cita.
«Poder jugar partidos contra estos clubes es un sueño para nosotros. Estar en el mismo campo que ellos sigue siendo un poco loco», continúa por teléfono mientras se dirige a su lugar de trabajo en el sector de ventas.
Ganador trece veces de la Liga de Campeones de Oceanía, el Auckland City es un habitual de la Copa Mundial de Clubes desde 2006. En 2014 incluso terminó en el tercer escalón del podio.
Pero entonces había siete participantes. La competencia de este año, ampliada a 32 clubes, no tiene nada que ver.
El Auckland City, explica Kilkolly, es «un club familiar donde todo el mundo es bienvenido, donde todos se conocen, donde se ven las mismas personas en cada partido».
En su pintoresco estadio de Kiwitea Street, en un barrio residencial de la ciudad más poblada del país, los ‘Navy Blues’ se enfrentan a aforos que van de los 200 a los 2.000 espectadores.
«Tenemos una bonita tienda y todos toman una copa después de los partidos», añade el delantero.
– «La sensación de ser un profesional» –
En el sitio especializado Transfermarkt, el valor de mercado del delantero, que ha marcado casi un gol cada dos partidos en casi 140 apariciones con la camiseta del ACFC, se estima en 250.000 euros (285.880 dólares).
Director de ventas en una empresa de herramientas eléctricas, describe sus jornadas: comienza a las 07h30 y cuando termina el trabajo, tres a cuatro veces por semana, entrenamiento. Regresa a casa alrededor de las 21h00.
Kilkolly no recibe salario por parte del Auckland City, sino una indemnización de unos 150 dólares neozelandeses (unos 80 euros, 91,47 dólares) por semana para pagar, por ejemplo, su abono a un gimnasio.
Y, al igual que sus compañeros de equipo, no ha tomado verdaderas vacaciones en tres o cuatro años, dedicando sus días libres al fútbol.
Viajar a Estados Unidos durante un mes será incluso un sacrificio económico: «No tengo cuatro semanas de vacaciones pagadas al año, así que habrá días sin sueldo, pero es una oportunidad única».
«Participar en esta Copa del Mundo es la posibilidad de jugar en un escenario mundial y de tener la sensación de ser un futbolista profesional, sin serlo», añade.
En el próximo partido contra el Bayern, Kilkolly espera sobre todo que ni él ni sus compañeros tengan remordimientos al final de los 90 minutos: «Si podemos salir del campo diciendo que jugamos nuestro fútbol, que hicimos nuestro mejor esfuerzo, será positivo».
Además, intentará obtener la camiseta de Harry Kane, el delantero estrella del Bayern, que como él juega con el 9 a la espalda.
«Creo que gana más en una semana de lo que yo gano en un año», bromea.
AFP.
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Sao Paulo, Brasil
Consolidado en la última década como uno de los gigantes de Sudamérica, el Palmeiras llega al Mundial de Clubes dispuesto a acabar con la burla más repetida en el fútbol brasileño: «El Verdão no tiene Mundial».
El Palmeiras, con el paraguayo Gustavo Gómez como capitán, quiere mostrar al mundo el potencial exhibido en la cancha en estos años y ganar un título que pondría fin, de una vez por todas, al histórico chascarrillo.
El club saca pecho por su añejo triunfo en la Copa Rio, antigua competición internacional de clubes de 1951, pero la FIFA no reconoce oficialmente el torneo.
Otros grandes del fútbol brasileño sí han celebrado títulos globales: Sao Paulo ganó una vez el Mundial y dos la vieja Copa Intercontinental, Corinthians alzó dos trofeos del Mundial y Santos se llevó en dos ocasiones la Intercontinental.
Flamengo y Gremio tienen una Intercontinental cada uno e Inter de Porto Alegre un Mundial de Clubes.
– Renacer palmeirense –
Hay un antes y un después en la historia del Palmeiras tras regresar en 2014 a la élite del fútbol brasileño, dos años después de su segundo descenso a la Serie B.
Aunque esa temporada se salvó en la última jornada de un nuevo descenso, después inició la década más gloriosa de su historia.
Junto a la inauguración del moderno Allianz Parque, a finales de 2014, llegó el patrocinio de Crefisa, empresa crediticia propiedad de la actual presidenta del club, Leila Pereira.
Entre 2015 y 2025, Crefisa invirtió más de 800 millones de reales (unos 150 millones de dólares) que permitieron al Palmeiras ganar 14 títulos, entre ellos la Copa Libertadores en 2020 y 2021 y el Brasileirao en 2016, 2018, 2022 y 2023.
Según el acuerdo, el club paulista tuvo que devolver todo el dinero puesto por la compañía.
– Ventas millonarias –
Palmeiras encontró ingresos gracias a La Academia, su inagotable cantera, productora de talentos que le convirtieron en el club brasileño que más facturó en la última década.
Según el portal especializado Transfermarkt, el Verdão facturó 422 millones de euros (unos 480 millones de dólares) entre 2015 y 2025 con la venta de jugadores, 100 millones de euros más que el Flamengo, segundo en la lista.
Inaugurado por Gabriel Jesús en 2016 cuando fue vendido al Manchester City por 32 millones de euros, el listado de exportaciones es amplio.
Endrick, fichado por el Real Madrid en 2024 por 47,5 millones de euros, fue la segunda mayor venta del fútbol brasileño después de Neymar, mientras que Estêvão, traspasado al Chelsea por 34 millones, y Vitor Reis, enviado al Manchester City por 37 millones, completan el podio de ventas.
– La «era Abel» –
En este rotundo éxito tuvo un papel fundamental el técnico portugués Abel Ferreira, quien llegó como un auténtico desconocido a finales de 2020 y ahora es considerado el mejor entrenador de la historia de Palmeiras.
A Ferreira nunca le tembló el pulso para poner en el césped a las jóvenes promesas de La Academia, que respondieron con creces y ayudaron a ganar títulos en la exitosa «era Abel».
Polémico, con constantes protestas a los árbitros (72 tarjetas amarillas y 10 rojas en sus 347 partidos oficiales con el Palmeiras), y con un fútbol más efectivo que vistoso, Ferreira ha tenido que reinventar cada año al equipo tras perder a sus figuras.
Después del Mundial de Clubes partirá su mejor jugador, Estêvão, de 18 años.
Una vez más, el DT busca su recambio en las bases y Allan y Luighi empiezan a dejarse ver en el primer equipo.
El Palmeiras, no obstante, mantendrá en el Mundial la base ganadora de los últimos años, con Weverton en la portería, el paraguayo Gustavo Gómez en el eje de la zaga, el uruguayo Joaquín Píquerez como lateral izquierdo, el colombiano Richard Ríos y el mediapunta Raphael Veiga, en el centro.
En ataque, donde más variaciones ha tenido, Estêvão se destacará junto a los fichajes estrella de esta temporada: el prometedor Vitor Roque, mayor contratación de la historia de un club brasileño, y el internacional Paulinho.
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