Matías Galarza se estrenó como goleador en la selección paraguaya abriendo el camino a la victoria ante Uruguay en el Defensores del Chaco y haciendo festejar a todo el país.
La celebración del primer tanto además tenía festejo preparado entre varios integrantes del plantel albirrojo y se genera la pregunta si nace un nuevo festejo icónico en la selección.
Galarza se sumó a varios otros integrantes en una ronda sentados en el suelo y simulando estar jugando a las cartas, en medio de una alegría incomparable.
Automáticamente a la memoria de todos se nos vino el festejo grupal de los integrantes de la camada del 2010, con el bailecito tan característico que marcó una época y la gran pregunta: ¿Nace un nuevo festejo icónico en la Albirroja?
¿Nace un nuevo e icónico festejo albirrojo? 🇵🇾😍
🔙La camada mundialista del 2010 nos dejó un inolvidable baile guaraní.
🤩Los guerreros de la Albirroja de Alfaro también quiere quedar en la historia con este festejo. #GENAlbirrojoueno pic.twitter.com/kedZEVsxRM
— Versus (@SomosVersusPY) June 6, 2025
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El Defensores del Chaco vivió una de sus mejores noches una vez más, como viene ocurriendo desde la llegada de Gustavo Alfaro y recuperando su calidad de fortaleza inexpugnable para los rivales.
El «Maestro» desparramó su léxico para exponer la historia de amor sobre el Defensores del Chaco y lo que representa para nuestra historia futbolística e incluso más allá, teniendo en cuenta que jugó su papel en la Guerra del Chaco en la década del 30.
Alfaro describió al Defensores: «Es nuestra casa, es un reducto histórico. La historia de Paraguay está cruzada por este lugar y no solamente la futbolística. Es nuestra casa, es nuestra cancha, es nuestro lugar, es nuestra tierra segura», comenzó diciendo.
Y recordó los malos momentos: «La sensación de que en un momento era tierra de nadie. Donde costaba mucho hacer pie, donde era cuestión de jugar con la necesidad de Paraguay, para que en un momento entre la necesidad y el apresuramiento, la ansiedad de la gente se transforme en un error y eso en un gol y ese gol termine siendo lapidario».
Pero volvió a la actualidad, hablando específicamente de lo que sintió este jueves, con el apoyo, el mosaico y el colorido. «Yo cada que llego acá siento que estoy en tierra segura, en un lugar que es nuestra casa, que es lugar donde nosotros sentimos que en las Eliminatorias mandamos un mensaje. Ese estadio pintado de rojo y blanco fue maravilloso, son esas imágenes que me llevo para toda la vida. Me pasó una vez en el Estadio Azteca había 100.000 personas cuando jugamos la primera final de la Sudamericana con Arsenal de Sarandí, en un momento me tomo un instante para contemplar esa magnitud. Eso me lo llevo la toda la vida. Esta imagen de hoy me lo llevo para toda la vida también, me tomé un instante para mirar todas las tribunas, suspirar profundo y caminar rumbo al vestuario, porque son esas imágenes que para mí quedan para siempre», finalizó.
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El entrenador de la Selección Paraguaya, Gustavo Alfaro, reconoció que el triunfo ante Uruguay fue el paso que necesitaba dar la Albirroja para colocarse prácticamente en puertas del Mundial Norteamérica 2026. El maestro lo consideró como una muestra de carácter de un grupo que cada vez está más consolidado.
«Tremenda batalla, sabíamos que iba a ser así, que era entre dos equipos que se jugaban mucho, que se jugaban su presente, su futuro y su pasado también en algún punto. Una satisfacción muy grande», comentó en conferencia de prensa.
«Esta era la madre de todas las batallas, porque era la piedra angular de la clasificación a la Copa del Mundo o esa incertidumbre que podía plantearse hasta el final», alegó.
Gustavo Alfaro incluso utilizó el significado de dar a luz para tratar de graficar la «criatura» a la que dio vida; una selección combativa, incómoda para los rivales y que está haciendo feliz a todo un país con sus buenos resultados.
«Ese momento que había arrancado con Uruguay, había que tratar de cerrarlo de la misma manera, y les decía que hacía 9 meses que jugamos ese partido con Uruguay, y 9 meses es lo que necesita una criatura para nacer y teníamos que parir esta criatura, que obviamente el partido iba a ser con dolor, que no iba a ser un parto sencillo, que a veces viene de nalgas o de cordón cruzado, pero es un parto que tiene que ver la luz por eso había que prepararse para resistir, para sufrir, para trabajar, para estar atentos a los detalles que podían llegar a definir el destino de un partido», manifestó.
«Este partido lo ganó el grupo, en la manera en la que apoyaban y empujaban los que estaban afuera, en la manera en la que vivían», agregó.
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