El histórico exdelantero español, Daniel Güiza, no se cansa de predicar su amor por Cerro Porteño. El «Gitano» vistió la camiseta del «Ciclón» entre el 2013 y el 2015 y desde ahí no volvió a sacar al conjunto azulgrana de su corazón.
Dani fue tendencia en las últimas horas por una fuerte confesión que realizó en el programa «El Cafelito» del reconocido periodista español, Josep Pedrerol.
«¿Dónde fuiste más feliz? Porque me llama la atención donde más feliz fuiste», le consultó el comunicador. Sin titubear y con una seguridad brutal, Güiza respondió: «¡Cerro Porteño!».
«¿Cerro Porteño de Paraguay?», preguntó sorprendido Pedrerol.
«Dos años maravillosos. Desde el primer día que llegué ahí pues me sentí querido por esa afición. Estaban deseando verme debutar», reafirmó el exdelantero.
«Teníamos un entrenador que al principio sí es verdad que el equipo funcionaba, el equipo lo estaba haciendo bien, no perdía ningún partido, entonces era difícil entrar, pero poquito a poco me lo fui ganando y la afición me lo fue reconociendo», agregó.
También durante esa misma nota y dentro del mismo libreto, Daniel Güiza vislumbró la razón por la que tuvo que abandonar Cerro Porteño en los primeros meses del 2025.
«Y estuve dos años impresionantes, me vine porque mi padre se puso enfermo o sino hubiera seguido por lo menos 4 a 5 años más ahí en Paraguay», aseguró.
Recordemos que Güiza fue campeón con la selección española en la Euro 2008 y es el último «pichichi» ibérico de la liga de España. Fue figura en el Fenerbahçe y en el Getafe siendo goleador de equipo. En el año 2013 empacó sus maletas para arribar a nuestro país y jugar en uno de los grandes, Cerro Porteño en donde convirtió un total de 15 goles, fue campeón en el Clausura del 2013 de forma invicta y del Apertura 2015. El «gitano» es muy querido por la hinchada azulgrana.
El futbolista togolés del Guangxi Pingguo, Samuel Asamoah, se rompió el cuello durante un partido del campeonato chino de segunda división al golpearse la cabeza contra un panel publicitario, anunció su club, que teme que quede discapacitado de por vida.
Las imágenes de televisión muestran a Samuel Asamoah intentando cubrir el balón con su cuerpo para dejarlo salir por la línea lateral, cuando un jugador del Chongqing Tonglianglong llega a toda velocidad y le empuja con el hombro contra un panel publicitario situado a poca distancia.
Como consecuencia del choque, ocurrido el pasado domingo, y tras los exámenes médicos a los que se sometió al jugador africano, éste sufre «una dislocación y fracturas de (diferentes) vértebras cervicales, así como un bloqueo vertebral», acompañado de «una compresión nerviosa», indicó el club chino en un comunicado al día siguiente del partido.
«Corre el riesgo de sufrir una paraplejia severa y se perderá todos los partidos restantes de la temporada. Su carrera también podría verse gravemente afectada», precisó la entidad.
El futbolista fue operado el miércoles «con éxito» en un hospital de Nanning, indicó el club en un nuevo comunicado.
«Samuel Asamoah se encuentra recuperándose de la operación y su estado es estable», añadió sin más detalles sobre la evolución posible de su condición.
El jugador que lo empujó por la espalda fue sancionado con una tarjeta amarilla.
Pekín, China. AFP.
Dramma in #Cina : Samuel #Asamoah si rompe il collo dopo l’impatto con un cartellone, rischio paralisi pic.twitter.com/oRqDqnTFzm
— Armando Areniello (@ArmandoAreniell) October 9, 2025
El vendedor callejero Diego Pasallo madrugó para ser el primero en despedir «con una fiesta» al entrenador Miguel Ángel Russo en la mítica Bombonera, donde Boca Juniors rinde homenaje este jueves a su fallecido director técnico.
Desde temprano, una larga fila de hinchas serpenteó frente a la sede del club xeneize para ingresar a la capilla ardiente y despedir a una de las grandes figuras del fútbol argentino, fallecida el miércoles a los 69 años.
De a grupos, hombres y mujeres de todas las edades, e incluso niños, desfilaron breves segundos frente al féretro donde los restos del laureado DT estaban arropados por las banderas de Boca Juniors y de Estudiantes de La Plata, el único club donde jugó.
«Miguel por Boca lo dio todo, como yo», dijo a la AFP Pasallo, de 34 años. Tiene tatuado en el brazo derecho el escudo de Boca con la frase «De la cuna hasta el cajón».
«Boca es pueblo y carnaval y vamos a despedirlo como los hinchas de Boca hacemos: con una fiesta», dijo este vendedor ambulante, que encabezaba la fila vestido de pies a cabeza con el azul y amarillo del club.
En torno al estadio no había banderas ni carteles, solo un ambiente de recogimiento, interrumpido de vez en cuando por algún grito de aliento. A las puertas, una decena de coronas de flores mostraban mensajes de agradecimiento de clubes y simpatizantes.
Un camión repartidor tocó bocina al pasar, en un homenaje callejero que los hinchas en la fila, vestidos con la casaca del club, saludaron con aplausos y el coro: «¡Russo, Russo!».
– Eterno en el corazón xeneize –
El velatorio de Miguelo se prolongará hasta las 22H00 (01H00 GMT del viernes) y proseguirá brevemente el viernes por la mañana.
Entre los hinchas xeneizes, la tristeza se mezclaba con el orgullo de haberlo tenido en su último paso como entrenador en una carrera profesional de 13 años como jugador y casi cuatro décadas de entrenador.
«Para siempre en nuestros corazones», le dedicó Boca Juniors en un cartel con su imagen en el estadio y las copas ganadas con Russo sobre el césped del campo de juego.
Hombre de pocas palabras y frases directas, Russo fue técnico más de la mitad de su vida.
Acumuló 36 temporadas en el banco, en una trayectoria que tuvo sus ciclos más trascendentes en Boca, Rosario Central y Estudiantes, y que incluso lo tuvo cerca de comandar a la Albiceleste.
Su primer título en primera lo consiguió con Vélez Sarsfield en 2005. Después, por pedido de Diego Maradona, fue convocado para dirigir a Boca, al que llevó a conquistar la Copa Libertadores 2007, su mayor logro como entrenador.
Boca nunca dio detalles de su salud, pero era sabido que en 2017 fue diagnosticado con cáncer de próstata.
– «Chau Miguel» –
Luis Conrado, un albañil de 67 años, viajó desde la localidad de Lanús, en la periferia sur de Buenos Aires, donde Russo debutó como entrenador.
«Se lo veía mal, pero no me lo esperaba. La peleó hasta el final», dijo.
En Lanús «nos encontró en la B, nos rescató y nos devolvió a la gloria. Por esa alegría le vengo a agradecer», añadió.
Rosana Alegre y Fernando López, madre e hijo, también viajaron media hora desde Palomar para despedir al DT.
Russo «nos agarró en los peores momentos y nos condujo a la gloria como lo hace un campeón, además era un hombre íntegro que en sus últimos días, sabiendo que llegaba el final, pidió llevar la ropa de Boca», dijo Rosana, de 59 años.
En medio del mar azul y oro de los hinchas que despedían a su ídolo, destacaba uno que vestía la casaca de Estudiantes en memoria del paso de Russo como jugador en el club de La Plata, la única camiseta con la que jugó aparte de la de la selección.
«Nunca traicionó a los hinchas de Estudiantes», dijo Roberto Pelayo (59) con los ojos pequeños del cansancio porque llegó sin dormir desde Quilmes, a 30 km, tras una noche de trabajo como personal de seguridad.
«Hoy en la despedida estamos todos los amantes del fútbol, juntos, sin rivalidades», dijo. «Hoy se mezclan todas las camisetas, todos los colores, para decirle ‘chau Miguel, hasta el próximo partido. Habrá revancha'».
Buenos Aires, Argentina. AFP.