Durante las últimas semanas, el reconocido compositor y director Nicolás Sorín estuvo en Salta desarrollando un proyecto musical que combina la tradición sinfónica con el alma del noroeste argentino. El resultado de esa inmersión creativa es la Sinfonía Salteña, una obra compuesta en diálogo con los paisajes, las texturas sonoras y la identidad cultural de la región.
Durante las últimas semanas, el reconocido compositor y director Nicolás Sorín estuvo en Salta desarrollando un proyecto musical que combina la tradición sinfónica con el alma del noroeste argentino. El resultado de esa inmersión creativa es la Sinfonía Salteña, una obra compuesta en diálogo con los paisajes, las texturas sonoras y la identidad cultural de la región.
El estreno será el próximo 12 de abril en el Monumento a Güemes, en un concierto al aire libre junto a la Orquesta Sinfónica de Salta, en lo que promete ser un viaje musical colectivo y transformador.
«La idea de esta sinfonía es hacer un viaje por el NOA, pero a través de la música sinfónica», expresó Sorín. Y agregó: «No quiero que sea una sinfonía tradicional, sino que tenga elementos que la conecten con la identidad de la región».
Durante su estadía en la provincia, el músico recorrió distintos paisajes de Salta -desde la Yunga hasta la Puna- para empaparse de sensaciones y traducirlas en música. «Estuve recorriendo varios lugares de Salta para inspirarme. Me interesa como los paisajes y los sonidos del entorno pueden meterse dentro de la música. No es solo escribir en un papel, es algo vivo, que va cambiando con la experiencia», contó.
El compositor y director se inspiró con el paisaje.
Una de las particularidades de esta Sinfonía es su enfoque interpretativo. «Estoy trabajando con la orquesta de una manera distinta, más abierta. No quiero que sea solo una partitura cerrada, sino que haya espacio para la interpretación y para jugar con los sonidos. La música clásica a veces es muy rígida, y en este caso quiero que haya flexibilidad, que la orquesta respire junto con la obra».
El proyecto tiene además una dimensión profundamente personal para el compositor. «Para mí es como una cuestión personal también. No solo musical, sino terapéutica. Uno en la soledad de estos lugares se encuentra», confesó.
Sorín ya había visitado Salta en otras ocasiones, pero esta vez vivió una experiencia más profunda, recorriendo rincones poco transitados y dejándose transformar por la geografía.
«Nunca logré meterme realmente en lo que es la Puna, y esta vez sí. Es súper hostil, súper hermosa. Las montañas están acariciadas por el viento desde hace millones de años, tienen una suavidad que contrasta con lo áspero del entorno: las piedras, el sol, la altura».
También destacó la diversidad geográfica como un fenómeno que impactó directamente en su proceso creativo: «En un recorrido de una hora y media desde la Yunga hasta las rocas rojas, uno pasa por un montón de lugares, uno más lindo que el otro. En cada curva, de repente es como un cuadro totalmente diferente».
En ese sentido, la Sinfonía Salteña es también una obra que busca generar conexión emocional con el territorio y con el planeta. «Creo que a través de la música logro transportar al oyente a esos lugares y generar una empatía, un amor por la naturaleza, por nuestra tierra, por el planeta… que en este momento está un poco complicado», agregó.
Con entusiasmo y emoción, Sorín invita al público a vivir este estreno como algo más que un concierto: «La idea es que no sea solo un concierto, sino una experiencia, un viaje musical en el que el público pueda sentirse parte».
El próximo 12 de abril, la Sinfonía Salteña resonará en el corazón de Salta, en una noche que promete quedar grabada en la memoria colectiva. El concierto será además el marco para la inauguración de la nueva iluminación del Monumento a Güemes, en el marco del proyecto Lúmina: luz, patrimonio e identidad, impulsado por Edesa. Esta puesta en valor, desarrollada junto al Gobierno de la Provincia, la Municipalidad de Salta y proveedores locales, cuenta con el asesoramiento de Teresa Anchorena y del arquitecto salteño Jorge Nieto, y busca revalorizar el patrimonio cultural a través de la luz.