En pleno invierno patagónico, Caviahue se viste de blanco y ofrece una experiencia única entre montañas, nieve, termas y naturaleza virgen.
Caviahue, también conocido como “el pueblo blanco”, es uno de los destinos más encantadores de la Patagonia neuquina durante el invierno. Rodeado por montañas, bosques de pehuenes y a orillas del lago homónimo, este pequeño paraíso se cubre de nieve y se convierte en un escenario de postal.
Ubicado a 360 km de la ciudad de Neuquén y a solo 18 km del límite con Chile, Caviahue combina la tranquilidad de un pueblo cordillerano con una propuesta turística cada vez más consolidada. Su centro de esquí, uno de los más altos del país, cuenta con más de 20 kilómetros de pistas y opciones para principiantes y esquiadores avanzados.
Pero Caviahue es mucho más que nieve y esquí. En invierno, las caminatas con raquetas, los paseos en motos de nieve y las excursiones al volcán Copahue son parte de una experiencia única en contacto con la naturaleza. A eso se suma la posibilidad de disfrutar de las aguas termales de Copahue, un verdadero spa natural en plena cordillera.
El apodo de “pueblo blanco” no es casual. Cada nevada transforma a Caviahue en un rincón mágico, ideal para quienes buscan paz, aventura o simplemente desconectarse del ruido urbano. Las calles se llenan de silencio, el humo de las chimeneas pinta el aire frío, y la luz del atardecer se refleja sobre la nieve virgen.
