Un reciente informe económico del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) arroja nuevas perspectivas sobre la viabilidad económico-financiera de la implantación de viñedos destinados a la producción de vinos en la región de la Patagonia Norte.
El trabajo fue elaborado por Patricia Villarreal, Mario Gallina y Katherina Retamal, de la Estación Experimental Alto Valle, y forma parte del Proyecto Nacional de INTA “Generación de información económica estratégica para la toma de decisiones en el sistema agroalimentario”.
Viñedos en la Patagonia
De acuerdo con MasProduccion. El estudio, que se presenta como una guía clave tanto para productores como para potenciales inversores, actualiza parámetros tecnológicos y valores económicos, en un contexto en el que la vitivinicultura de la región busca consolidar su perfil de calidad y diferenciación. Con un horizonte de evaluación de 20 años y considerando como moneda de cuenta el dólar estadounidense (a un tipo de cambio de 1.285 pesos por dólar), el análisis se centra en una hectárea neta plantada con vid de la variedad Malbec, destinada a vinos de gama media.
La densidad analizada es de 3.333 plantas por hectárea, conducidas en sistema de espaldera, con riego gravitacional por surco y defensa pasiva contra heladas, un esquema tecnológico que refleja las prácticas habituales en la región.
Una inversión inicial que demanda paciencia
El informe señala que la inversión total necesaria por hectárea asciende a 24.920 dólares, monto que contempla la preparación del terreno, la plantación, la instalación de estructuras de apoyo y las labores culturales de los primeros años. El período de implantación se estima en tres años, tiempo en el cual la producción es incipiente y no alcanza a cubrir los costos.
Este aspecto resulta clave para los productores: el período de repago de la inversión inicial, uno de los indicadores más observados por quienes evalúan ingresar al negocio, se sitúa en 11,5 años. Dicho de otro modo, transcurrida poco más de una década desde la plantación, el capital invertido retorna completamente al inversor.
Rentabilidad positiva y riesgos controlados
El análisis de rentabilidad presenta resultados alentadores. El Valor Actual Neto (VAN), calculado a una tasa de descuento del 5% anual en dólares, alcanza los 20.593 dólares por hectárea, lo que confirma que el proyecto es económicamente viable y generaría ganancias en términos presentes.
A su vez, la Tasa Interna de Retorno (TIR) se ubica en el 12%, nivel que indica que el proyecto puede cubrir amortización de capital e intereses, y aún así generar beneficios.
En cuanto a los riesgos, los técnicos del INTA identifican una “máxima exposición” de -21.420 dólares por hectárea, cifra que representa el máximo endeudamiento al que la empresa podría verse expuesta a lo largo del ciclo del proyecto.
Costos de producción y margen bruto
Uno de los capítulos más detallados del estudio es el análisis de costos y resultados. Para una producción estimada de 14.000 kilogramos por hectárea en plantas adultas, el costo directo de producción asciende a 6.192 dólares por hectárea, lo que se traduce en un costo unitario de 0,44 dólares por kilo de uva. Este valor constituye el precio mínimo que el productor necesita para cubrir los gastos de cultivo y comenzar a amortizar la inversión.
El informe considera un precio promedio de venta final de 0,66 dólares por kilo de uva entregada en bodega (con IVA del 10,5%). Para el productor, sin IVA, este valor es de 0,60 dólares por kilo. Con esa referencia, los ingresos brutos alcanzan los 8.400 dólares por hectárea.
La diferencia entre ingresos y costos directos genera un margen bruto de 2.208 dólares por hectárea, lo que equivale a obtener 0,36 dólares adicionales por cada dólar invertido en costos directos. Este margen no solo permite cubrir parte de los gastos generales del establecimiento, sino que también contribuye a mejorar la rentabilidad del productor.
Una herramienta estratégica para el futuro del sector
Los autores del informe advierten que los valores presentados corresponden a un caso hipotético y deben entenderse como parámetros de referencia, no como cifras absolutas. Sin embargo, destacan la importancia de contar con estos cálculos para orientar decisiones estratégicas en un sector que, en la Norpatagonia, combina tradición e innovación.
El documento también se enmarca en la necesidad de generar información confiable y actualizada que permita a productores, empresarios y responsables de políticas públicas evaluar escenarios de inversión en la vitivinicultura. En un contexto de volatilidad económica, los resultados del estudio del INTA ofrecen certezas: la implantación de viñedos en la región, aunque exige paciencia y capital inicial, puede transformarse en una apuesta rentable a mediano y largo plazo.
La Norpatagonia, reconocida en los últimos años por la calidad de sus vinos, encuentra en este informe una base sólida para seguir atrayendo inversiones y potenciando su desarrollo agroindustrial. Con rentabilidades positivas y márgenes razonables, el Malbec de la región se consolida como una alternativa competitiva que combina calidad enológica y sustentabilidad económica.