El ítalobrasileño Thiago Motta se despidió de Juventus un día después de haber sido destituido por los malos resultados de la «Vecchia Signora» durante la temporada 2024-25.
«Viví momentos intensos, siempre afrontados con la máxima determinación y ganas de mejorar cada día», afirmó Thiago Motta en diálogo con ANSA al día siguiente de que Juventus reveló su decisión de despedirlo.
«Agradezco a los propietarios por darme la oportunidad de formar parte de este gran club, a la dirección y a toda la gente del club que me apoyó en mi trabajo diario, a los jugadores por su trabajo y compromiso desde el primer día juntos. Deseo a los aficionados y a Juventus lo mejor para el futuro», completó Thiago Motta.
La decisión de la directiva de Juventus de contratar al croata Igor Tudor en reemplazo de Thiago Motta registró una buena recepción en la Bolsa de Valores, pues los títulos de la «Vecchia Signora» aumentaron un 1,5% y llegaron a 3,26 euros cada uno.
«¡Gracias por todo, mister! Nunca le agradeceré lo suficiente por confiar en mí desde el primer día y por permitirme realizar parte del sueño, el más importante en cualquier caso», publicó en redes sociales el delantero belga Samuel Mbangula para despedir a Thiago Motta.
«Siempre has querido lo mejor desde que llegaste y nos lo has demostrado y te deseo lo mejor para el futuro», agregó Mbangula desde Instagram para agradecer la confianza de Thiago Motta, noveno entrenador en perder su cargo en la temporada 2024-25 del «Calcio».
El caso anterior lo protagonizó Fabio Pecchia, quien se convirtió en el octavo entrenador despedido en 25 fechas disputadas en el campeonato italiano, cuando Parma lo reemplazó con el rumano Cristian Chivu.
El primero había sido Daniele De Rossi, reemplazado en la Roma por el croata Ivan Juric, quien luego corrió su misma suerte, o desgracia en este caso, y le dejó su lugar al eterno Claudio Ranieri.
Similar destino para Luca Gotti en Lecce (lo reemplazó Marco Giampaolo), para Alberto Gilardino en Genoa (que remontó tras el arribo del francés Patrick Vieira), para Alessandro Nesta en Monza (lo sustituyó Salvatore Bocchetti, a quien luego él mismo reemplazaría) y para el portugués Paulo Fonseca en Milan, que «revivió» de la mano de su compatriota Sergio Conceicao.
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