Viviana Canosa sorprendió a su audiencia al abrir la puerta de su intimidad en El Bulo de Viviana, el programa que conduce en el canal de streaming Carnaval. En medio de un debate sobre costumbres y convivencia, la periodista se sinceró sobre cómo es compartir el día a día con su hija Martina Borensztein, fruto de su relación con el arquitecto y productor Alejandro Borensztein.

“Entré al cuarto y baño de Martina y tuve que cerrar la tapa de la pasta dental”, comenzó relatando Canosa, dejando en claro que el orden es una de sus obsesiones. “Levantar toallas. Porque antes de que llegue Martina a casa… es un litigio peor, aunque tengo una persona que me ayuda, yo ordeno antes de que llegue porque no soporto que vea el desorden. Algún quilombo sí, pero en los baños no”, agregó con tono firme.
La conductora explicó que para ella el orden es una forma de respeto: “Los baños tienen que estar ordenados dentro del desorden del que te terminas de bañar. Si no, me da pudor”. Sin embargo, reconoció que su hija no comparte esa visión: “En casa Martina me deja todas las alacenas con las puertas abiertas. Me deja el toallón en el suelo y los calzones tirados”, lanzó, generando risas entre sus compañeros de panel.

Canosa también aprovechó para reflexionar sobre la convivencia en general, admitiendo que no es fácil compartir techo con ella: “A favor de ellos no sos vos, soy yo”, dijo en referencia a sus ex parejas. “He comido asados asquerosos hechos por algún marido que tuve y dije ‘qué rico está’. No te critico. Otro día saldrá mejor”, confesó, mostrando que sus exigencias no se limitan solo a la limpieza.
En otro tramo del programa, reveló que planea hacer cambios en su rutina para reducir el estrés que le genera el desorden: “El año que viene me hago una mini oficina y no laburo más en mi casa porque siempre hay alguien. Somos un quilombo a veces las mujeres”, comentó entre risas.
Con estas declaraciones, Viviana dejó en evidencia que, más allá de su imagen pública como periodista combativa, en su vida privada también enfrenta desafíos cotidianos como cualquier madre. Su sinceridad generó repercusión en redes sociales, donde muchos usuarios se identificaron con la situación y compartieron sus propias anécdotas sobre la convivencia con hijos adolescentes.