Vocación de Servicio

La reciente apertura de un aula destinada a llevar a cabo actividades de desarrollo para primera infancia en el CAIF Nuestra Señora de Fátima, en Salto, es una prueba más del poder de la sociedad civil y de su capacidad para organizarse y realizar acciones colectivas de la más diversa índole a favor de la comunidad. ”Dar de sí antes de pensar en sí”, es el lema de Rotary Internacional al cual recurre la escribana Natacha Batovski, presidenta de Rotary Salto, para explicar la razón por la cual trabajan, sin fines de lucro. ”Este año tengo el honor de asumir el cargo para el período 2025-2026. Estoy muy contenta, y cuando uno tiene la responsabilidad de un puesto como este se da cuenta lo vocacional que es. Eso hace que uno se desempeñe con entusiasmo y energía porque siempre hay actividad; algunas veces más intensa que otras. Si hay vocación, uno logra dar lo máximo de sí”, expresa con énfasis.

Andrés Mailhos – EL CAMINO FILMS.

Respecto a la construcción del aula equipada para el CAIF que motivó esta nota, Batovksi cuenta que la iniciativa surgió a partir de una necesidad que el centro detectó en la atención de la primera infancia. “La inauguración fue muy emocionante; había familias, educadores, socios de Rotary, medios de comunicación; movilizó bastante. Es una sala para pequeños, que ahora pueden concurrir de lunes a viernes en dos turnos. La construcción empezó en junio de este año, a cargo del estudio Caligari, y se inauguró el martes 18 de noviembre. Es un aula totalmente equipada que cuenta con un baño específico para ellos y así poder cambiarlos e higienizarlos. Las piletas y los artefactos son pequeños, adecuados para esa edad. Todo se construyó de acuerdo a los planos y requisitos proporcionados por INAU. Además tiene una salita aparte para reuniones de maestros y autoridades con entrada independiente para que no tengan que atravesar el aula principal y distorsionar las actividades”, describe.

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La presidente de Rotary Salto destaca que tanto la construcción como el equipamiento completo -heladera, termofón, dos aires acondicionados, microondas, mobiliario, carteleras-, se logró gracias a la colaboración de Rotary Club Bologna Sud, de Italia, que aportó los fondos necesarios e hizo posible esta obra. “Con Rotary Bologna Sud tenemos un vínculo de hermanamiento desde hace muchos años. Siempre nos asiste, tanto en este tipo de proyectos como con la generalidad de la obra que llevamos a cabo. Está muy involucrado a través de socios que tienen contacto con Uruguay. Para este proyecto, recibimos los fondos, ejecutamos la obra y rendimos cuentas; enviamos informes con fotos y videos de lo que se hizo con esta financiación tan generosa”.

Las acciones vinculadas a la atención de la infancia son una constante de Rotary, en especial aquellas dirigidas a la infancia del medio rural. ”En las escuelas del Salto profundo es frecuente que los niños tengan que ir caminando, a caballo, o en bici a lo largo de varios kilómetros para llegar a su escuela, y en épocas de invierno es complicado. Se mojan los pies con la lluvia, el rocío y el barro; es una situación bastante particular y siempre colaboramos. Hemos donado botas de goma para lluvia, pares de medias, camperas de neopreno, canguros, buzos de lana; fueron más de tres escuelas beneficiadas con estos aportes. También hemos donado juegos de exterior: tobogán y hamacas hechos en hierro, juegos de mesa. Útiles escolares y alimentos no perecederos a los merenderos, y también a Casa Diocesana; son donaciones que hacemos siempre. En este último caso, se hacen donaciones de alimentos para elaborar viandas que se entregan a personas en situación de calle todos los días”, comparte.

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Durante la conversación, Batovski destaca programas insignia de Rotary Salto que incluso denomina históricos, porque fueron creados hace años. “Hay que mencionar el Banco de Leche Materna, y el CTI pediátrico del hospital de Salto, para el cual donamos tela con la que se confeccionaron los niditos de contención para los bebés prematuros. También donamos siete sillones para que las mamás que tienen bebés allí puedan tener el contacto necesario, lo que se llama bebé canguro. Estos son programas con los que colaboramos en sus inicios, pero que si nos piden algo puntual, siempre tenemos las puertas abiertas. A su vez, el proyecto Ver bien para vivir mejor, lo mantenemos desde su creación. Es un programa de salud visual infantil; hacemos pesquisas en las escuelas y coordinamos consultas mensuales gratuitas con el oculista para los niños que lo necesiten. El niño que precise lentes puede hacer uso del convenio que Rotary tiene con la Óptica 10/10 de Salto, y nos encargamos de la compra de los lentes. Los chiquitos eligen las armazones, el color y se van con su par de lentes en forma gratuita; es un proyecto muy lindo”.

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Entre otras acciones de ayuda que enumera la Natacha figuran cien metros de tela para sábanas entregadas al hogar de ancianos del MSP de Salto, y la confección de 15 uniformes completos para la Unidad 243 de bomberos voluntarios del departamento. “Nos emocionó mucho esta donación. Mandamos a hacer los equipos a Montevideo porque se elaboran con una tela especial ignífuga que tolera altas temperaturas, químicos, y demás. Los pantalones y camisacos son reflectivos, y llevan parches bordados”, detalla.

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Consultada acerca de los planes para el futuro, Batovksi confiesa que Rotary siempre está en busca de proyectos nuevos, porque la voluntad y los medios para hacer, están presentes. ”En ocasiones, ver hacia qué dirección apuntar es lo que más se dificulta. Cuesta innovar y detectar qué es lo que necesita la sociedad. Si bien siempre mantenemos los proyectos que funcionan bien, estamos a la búsqueda de lo que surja en la sociedad y de sumar proyectos. Infancia y escuelas rurales entendemos que son las áreas que más apoyo requieren, además de gente en estado de vulnerabilidad, y en estas áreas es donde solemos trabajar más”, afirma.

Graciela Lacoste posee una energía inagotable y una clara vocación de servicio, especialmente cuando los temas se relacionan con niños y su desarrollo. Maestra jubilada, y rotaria desde hace 17 años, también forma parte de la Comisión de Apoyo del CAIF Nuestra Señora de Fátima. De ahí que su papel en la construcción del aula fuera tan cercano. “Dimos y recibimos”, comenta entre risas. Desde su rol en el CAIF explica que los niños de hasta 2 años que concurrían al centro eran atendidos en una instancia denominada Estimulación Oportuna. La actividad se lleva a cabo junto a los padres con frecuencia semanal, y el objetivo es evaluar el desarrollo físico y motor de los más pequeños. “La etapa siguiente está orientada a niños de 2 y 3 años, que asisten todos los días en horario extendido. El año pasado, nuestro CAIF agregó la atención a niños de 12 a 24 meses, de lunes a viernes durante cuatro horas y sin el acompañamiento de los mayores. Se consiguió abrir un grupo en la mañana y otro en la tarde, pero se necesitaba un lugar especial para esos niños”. Lacoste señala que el CAIF con el que colabora se ubica en un edificio antiguo, de grandes dimensiones, con salones muy amplios. Sin embargo, estaban todos ocupados, y solo quedaban disponibles espacios pequeños. ”INAU tiene determinados requerimientos en cuanto a dimensiones y características del salón para esta población. Buscando la manera de resolver este tema de infraestructura, vi la oportunidad como rotaria, de presentar un proyecto para responder a esta necesidad. Gracias a Rotary Bologna Sud, que financió la obra y su equipamiento, se pudo lograr. El edificio tiene un patio enorme, y había lugar para construir un salón. Empezaron las conversaciones; se buscó un arquitecto que interpretara bien el proyecto, y se consiguió a alguien que le puso mucho empeño y dedicación. Se pidieron presupuestos, y comenzó a desarrollarse todo. Cada vez que teníamos reunión de CAIF, íbamos a ver cómo evolucionaba la obra; parecía que no caminaba hasta último momento. La alegría de ver todo terminado, fue enorme. Llegó la inauguración y hoy ya están los niños trabajando, recibiendo atención completa en su estado físico, emocional, social, cognitivo. Vienen 12 en el turno de la mañana y 12 por la tarde porque no se puede trabajar con muchos a la vez”.

Lacoste explica que el trabajo de los educadores, maestros, psicopedagogos y psicólogos en el CAIF se realiza a través de juegos, experiencias, y de la estimulación de la creatividad. ”Hay muchos rincones y material para estimularlos. También intervienen los padres porque se trabaja mucho con la familia. En el lugar, los niños van conociéndose a sí mismos, y sus capacidades. Aprenden a ser autónomos, en la medida de lo que su edad les permite. Trabajan el lenguaje y la comunicación y aprenden a controlar de a poco las emociones, y a la vez socializar. Todos son diferentes y cada uno tiene su propio momento de maduración. Además, al estar tan monitoreados, es posible detectar dificultades y problemas tempranamente. Eso es muy importante porque cuánto antes se trate cualquier anomalía, es más fácil de corregir”, apunta.

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Entusiasmada con el éxito de este proyecto y agradecida de haber contado con los medios para llevarlo a cabo, Lacoste señala la importancia de la difusión de esta obra. ”Es bueno que se conozca todo este trabajo para que la gente quiera integrarse y sumar. Hay tanta cosa ahora que distrae de lo importante. Además, aunque uno está haciendo un bien a los demás, también lo recibe. Uno se siente realizado, que es útil a la sociedad, y eso es muy reconfortante”, concluye lanzando una suerte de invitación a que más gente se anime a aportar su granito de arena a la comunidad.

“Es interesante saber que Rotary fue fundado en 1905 por un señor Paul Harris, y Montevideo, fue el primer lugar de Latinoamérica donde se estableció”, revela el doctor cirujano Néstor Campos Pierri. ”Fue en 1919, y Rotary Salto se creó en 1930; estamos cumpliendo 95 años”, declara con orgullo este miembro activo de la organización, cuyo padre y hermano fueron piedra fundamental de la filial salteña. De hecho, los lazos que vinculan a su familia y a la institución con el departamento son tan estrechos que influyeron incluso en la construcción de la represa de Salto Grande. “En el año 1956 se fundó el Comité Popular Pro Represa de Salto Grande, que lo comenzaron Rotary Salto y los Rotary de la región. A mi padre, Neri Campos Teixeira, lo nombraron presidente de ese comité porque era quien presidía el Rotary en ese momento. A su vez, su hermano, Neri Campos Pierri, fue el impulsor de Rotary Salto Noreste, que al día de hoy lleva adelante, entre otras obras, el famoso Salón del Vino del departamento. El evento anual tiene como cometido recaudar fondos para otorgar becas estudiantiles. ”Mi hermano fue gobernador de Rotary Salto y tuvo una actividad importante a nivel internacional. Inclusive estamos hermanados a través de un amigo, Tomaso Zappoli Thyrion, socio de allá que viene seguido”, comenta en alusión a la estrecha relación de la institución salteña con la italiana.

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En un repaso por la historia y la obra desarrollada por la organización en el departamento, el doctor Campos Pierri destaca la creación del Centro del Recién Nacido Prematuro, que se estableció frente al Hospital de Salto. ”Luego se transformó en uno de los primeros CTI Pediátricos de Salud Pública -actualmente ASSE-, que ahora es un centro de medicina intensiva”. A su vez, menciona la Clínica Kenny, gestionada durante años de forma honoraria por el doctor Eduardo Acle, médico neurólogo de Montevideo. Hoy, la institución atiende a personas discapacitadas, y alquila elementos protésicos a bajo costo.

Otro mojón en la historia de Rotary, fue el establecimiento del Centro Esperanza, sede de Rotary en la calle 18 de Julio, que también se estableció con el apoyo de Italia. Allí se llevan a cabo diversas actividades, desde vacunatorio contra el Covid en época de pandemia, a sede para talleres y cursos. Incluso, el mismo doctor Campos Pierri junto con el doctor Gustavo Tamosiunas, profesor de Farmacología de la Facultad de Medicina creó un programa de divulgación llamado Educación para el Paciente, que se transmitía vía streaming y trataba sobre dolencias crónicas y sus tratamientos con el fin de formar al público. “Cuánto más formado esté el paciente mejor evolución tendrá en su enfermedad”, advierte.

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Campos afirma que a lo largo de estos años, las colaboraciones de Rotary Bologna Sud, no solo se centraron en grandes proyectos como el Banco de Leche Materna y de Salud Visual, sino que también aportó para necesidades puntuales.

Consultado acerca de su vivencia como socio, destaca la satisfacción de poder realizar acciones por la comunidad. “Creo que lo más importante que te deja ser socio de una institución de este tipo es hacer el bien y poder servir a nuestros semejantes. Y para pertenecer no es necesario tener religión ni nada, basta ser una persona de bien”, reflexiona.