Esta semana se vivió otro intenso capítulo en la escandalosa separación de Wanda Nara y Mauro Icardi, que con el paso del tiempo no hace más que intensificarse y aumentar las situaciones de tensión y violencia.
Luego de que se conozca que el jugador de fútbol se encuentra en Argentina y protagonizó un tenso momento al querer retirar a sus hijas, Francesca e Isabella del colegio, la empresaria se contactó con LAM (América TV) este jueves y salió a responder con furia desde España, donde se encuentra en un viaje de trabajo.
«En la audiencia quedó muy claro nuevamente (…) que él quiere que llevarse mis hijas a vivir a Turquía y si es posible que yo vaya también con ellas. La jueza le dijo que ella no podía obligar ni a él ni a mí a vivir en en otro país«, comenzó diciendo la empresaria sobre los conflictos que atraviesa la familia en el marco del divorcio.
En la charla con Ángel de Brito, Wanda aseguró que sus hijas no pueden llevar adelante un tratamiento de salud mental por la falta de la firma del padre: «Como todavía él no autorizó la terapia psicológica de mis hijas, se niega a pagarla (…) no es acá un problema lo económico, pero sí necesitamos la firma de él, pero se niega a firmar la terapia».

También remarcó que sigue reclamando las pertenencias que quedaron en la casa que compartía con Icardi en Turquía, pero que siguen sin poder concretarse la mudanza: «Por videollamada, las nenas vieron que en sus camitas, que todavía no recibimos la mudanza de Turquía… ya va a ser un año ahora que estamos pidiendo nuestra mudanza en Turquía, nuestra ropa, los juguetes de mis hijas y de mis hijos varones».
Allí Wanda reveló un ida y vuelta que tuvo con su ex marido y padre de sus primeros tres hijos, Maxi López, quien según la empresaria pidió que sus hijos no vuelvan a Turquía: «A pedido de Maxi, los varones no van a volver a Turquía. Lo de las nenas, lo vamos a dejar en suspenso, yo estoy segura que no, y les doy tranquilidad a mis hijas todas las noches para que puedan descansar en paz, porque ellas se levantan con pesadillas muy muy feas a la noche diciendo ‘tengo miedo a despertarme arriba de un avión‘«.
Ante esto, la empresaria detalló lo que sería un miedo de sus hijas: «Les pregunto ‘¿cómo va a pasar eso? Es imposible‘ y ellas me dicen: ‘sí, papá me dijo, no se hagan problema, que se van a levantar arriba de un avión y van a estar en Turquía‘. Y ellas le dicen, ‘¿y mamá?‘, a lo que él responde: ‘Bueno, mamá, cuando tenga libre, cuando cuando deje de hacer las pelotudeces que hace va a venir a verlas‘. ‘¿Pero cuándo?‘ ‘Y capaz una vez, dos veces al año la van a ver‘».
«Mis hijas siempre se criaron conmigo, son hijas de un futbolista que viaja todas las semanas por trabajo. Y es verdad que yo hasta noviembre, públicamente, estaba todo más que bien para el afuera. Adentro yo luchaba con terapia, con psicólogos, con un montón de un grupo terapéutico que está en el expediente, que me acompañan en este pedido de también de violencia que existe, alejarme de una situación violenta, de un montón de situaciones», describió luego Wanda sobre cómo fueron los últimos meses en la previa a la última ruptura pública.