Wetzel: La decisión de Lane Kiffin llegará el sábado. Será mejor que gane el viernes.

Ryan Day tiene marca de 81-10 como entrenador en jefe de Estado de Ohioincluido 11-0 este año mientras los Buckeyes intentan repetir como campeones nacionales. Es una racha de éxito impresionante.

Sin embargo, Day tiene un famoso 0-4 contra Michigan durante los últimos cuatro años, incluida una impactante derrota en casa ante un equipo mediocre de los Wolverines hace un año. Otra derrota el sábado en Ann Arbor, especialmente como favorito de 11,5 puntos de ESPN BET, provocaría un continuo desprecio y frustración.

Es por eso que uno pensaría que Day es el entrenador bajo mayor presión para ganar un juego específico este fin de semana.

Luego viene Lane Kiffin diciendo, sostén mi Hotty Toddy.

Kiffin aún tiene que declarar públicamente dónde trabajará la próxima temporada, y mucho menos el resto de esta temporada. podría ser LSU. podría ser Florida. O podría ser Vieja señoritadonde tiene a los Rebels 10-1 en el sexto lugar de cara al Egg Bowl del viernes en Estado de Misisipi.

«Se espera un anuncio sobre el futuro del entrenador Kiffin el sábado después del partido», escribió el director atlético de Ole Miss, Keith Carter, en un comunicado.

Es un juego que más vale que gane Kiffin.

Olvídese del resto de esta caótica historia. La larga y lenta prolongación de un anuncio. El hecho de que Kiffin hiciera que miembros de su familia recorrieran otras escuelas y ciudades… mientras todavía trabajaba en Oxford. Los crípticos extractos diarios del libro que Kiffin envía en las redes sociales, dejan a los fanáticos tratando de descifrar su significado.

O incluso que la decisión simplemente se «espera» el sábado.

Tal vez. O tal vez no. ¿Quién lo sabe realmente? Es Lane. Tal vez elija un sombrero, como hacen los reclutas, o haga que Jesse Palmer venga a la ciudad para una ceremonia de rosas al estilo «Bachelor».

Al menos, Kiffin, una personalidad como ninguna otra, ha preparado el partido del viernes en Starkville, Mississippi, como un partido como ningún otro: una de las competencias más «imprescindibles» que un entrenador haya enfrentado.

Ole Miss está teniendo su mejor temporada en más de 60 años. El playoff de fútbol universitario está esperando. Se acerca un partido de playoffs en casa, que podría ser el evento deportivo más grande en la historia del estado. Los rebeldes son contendientes absolutos a las semifinales nacionales, si no capaces de ganarlo todo. El propio Kiffin nunca ha tenido una temporada tan exitosa.

Sin embargo, si Ole Miss se molesta el viernes con su archirrival, todo podría colapsar. De ser así, la culpa será singular.

Day puede perder y, a pesar del bochorno, pasar a retos mayores.

Es posible que Kiffin nunca se calme, creando un circo de especulaciones y distracciones mientras considera dejar un equipo de playoffs.

Sus defensores pueden culpar al calendario torpe, pero la vida se trata de sincronización. A veces no funciona a tu favor. Dejar un equipo con grandes posibilidades (es extremadamente improbable que Ole Miss le permita entrenar en los playoffs) por el césped percibido más verde de otro programa sería una decisión extraordinaria. ¿Es entrenador o buscador de empleo?

Las emociones serán bastante amargas si Kiffin se marcha después de conseguir una victoria que coloque a Ole Miss en los playoffs. ¿Pero si los rebeldes pierden? No tienen nada asegurado y caen en un grupo abarrotado de contendientes 10-2 que buscan una oferta general. Podrían quedar fuera.

Para empeorar las cosas, es muy posible que Kiffin se libere al día siguiente. Eso le daría al comité de playoffs de fútbol universitario la opción de degradar a los Rebels porque perdieron a su entrenador en jefe de la misma manera que degradó a Florida State hace dos años porque perdió a su mariscal de campo titular por lesión.

Así, la temporada de ensueño tendría un final de pesadilla… justo cuando el perpetrador se escapa de la ciudad. ¿Cómo terminará eso?

Ole Miss es favorita por 8,5 puntos. Debería derrotar a un equipo del estado de Mississippi que ha mostrado un crecimiento admirable este año pero que aún se está reconstruyendo. Pero este es el Egg Bowl. Cualquier cosa puede suceder (y ha sucedido). Malestares. Regresos. Un tipo que le costó a su equipo imitando a un perro orinando durante una celebración de touchdown.

Esta cosa casi siempre es salvaje.

«El entrenador Kiffin y yo hemos tenido muchas conversaciones positivas y directas sobre su futuro en Ole Miss», escribió Carter en su comunicado. «Mientras discutimos los próximos pasos, sabemos que no podemos perder de vista lo que es más importante: nuestro equipo sexto clasificado que está listo para terminar la temporada regular de manera histórica.

«A pesar del ruido exterior», escribió Carter, «el entrenador Kiffin está concentrado en preparar a nuestro equipo para el Egg Bowl».

Será mejor que lo sea. Y entonces será mejor que Ole Miss lo gane.