En los próximos años, Xul Solar estará en dos importantes espacios del arte europeo. Primero, en la Fundación Mapfre, esa pequeña gran sede del madrileño Paseo de Recoletos; y luego, en la Fundación Paul Klee, de Berna, Suiza. Ahora mismo integra la muestra “Latinoamericano”, de la Colecciòn Eduardo Costantini y el Malba, en Qatar, inaugurada en mayo por todo lo alto y que seguirá hasta mediados de julio. Y desde hace dos semanas, gigantografías del Tarot surrealista de Xul (toda obra de adivinación tiene un núcleo irracional) son admiradas en Hamburgo, en la expo «From the Cosmos to the Commons», un ambicioso proyecto sobre arte y ciencias espaciales que despliega visiones artísticas de la astronomía y la astrología.
Asimismo, esta muestra colectiva en Alemania, curada por Joanna Warsza, ha propiciado el pedido del Tarot de Xul por parte de The Morgan Library & Museum, en EE.UU. Esta biblioteca inolvidable, en el centro de Manhattan, pertenece a la fundación de esta banca y, junto a sus muestras temporales, tiene en exposición permanente de incunables y ejemplares exquisitos del propio J.P. Morgan. Expondrán la baraja completa: son 24 cartas, cada una de 9,5 x 5,8 cm, hechas con acuarela y tinta sobre cartulina en 1954.
Todo este calendario del gran simbolista argentino, inventor, lingüista y admirado por Jorge L. Borges, es el mismo “pangenio” a quien damos por sentado, siempre a tiro de visita para los porteños, tanto en su Museo, de la calle Laprida, como por estos meses en la expo de Malba Puertos.
La internacionalización de Xul Solar, en la que tuvieron un papel activo tanto Inés Katzenstein, en el MoMA, como Maricarmen Ramírez, del Museum of Fine Arts de Houston, en Texas, hizo que tres grandes museos estadounidenses tengan obra de Xul: los dos mencionados y el Metropolitan, de Nueva York. La coleccionista Estrellita Brodsky compró el Panajedrez (hay uno en el Museo de Xul y otro hoy expuesto en Escobar) y luego lo donó al Museo de Houston.

Ahora llega el tiempo de Europa. Este periplo de los próximos años tuvo el ilustre mojón inicial de «Antes de América», la súper exposición de la Fundación March, en Madrid, curada por el argentino Rodrigo Gutiérrez Viñuales, profesor de la Universidad de Granada, que expuso tres obras americanistas.

Cuenta Mariana Povarché, directora del Museo Xul Solar y galerista: “Desde hace tiempo, todos los años tenemos una o más invitaciones internacionales. Los curadores ven algo de Xul Solar en alguna muestra, visitan el Museo y al tiempo, nos llega la invitación”. Habla con una modestia que rara vez acompaña el orgullo por una colección. En Doha, durante la inauguración en el Museo Nacional de Qatar, Issa Al Shirawi, curador junto a María Amalia García, comentaba que, al conocer la obra de Xul en Buenos Aires, de inmediato propuso unirse al Pan Klub, y que espera dedicarle una antológica en ese espacio notable de la capital qatarí. Así, Xul Solar se va convirtiendo en el artista argentino favorito de los curadores internacionales.

El estímulo ha sido proactivo. La muestra “From the Cosmos to the Commons” cuenta con el apoyo de Fundación Ama Amoedo en el marco de su programa Apoyo a Exhibiciones 2025. La curadora Joanna Warsza de Hamburgo se acercó a la obra de Xul Solar en 2023, cuando hizo un Viaje de Investigación Curatorial, organizado por la Fundación de Amoedo, y recorrió talleres de artistas e instituciones porteñas.
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Hay una justicia secreta en el hecho de que Xul Solar finalmente se haya encontrado con el historiador de Arte alemán Aby Warburg (1866-1929), uno de los más importantes filósofos de Estética del siglo XX, a quien Alemania celebra recién desde hace apenas dos décadas. Warburg nació en Hamburgo y declinó heredar la dirección de la banca de su padre para dedicarse al estudio del arte. En su madurez, creó el Atlas Mnemosyne, una sinopsis y archivo visual transhistórico, en el que emparentó imágenes –artísticas pero también formas rupestres– hasta componer un repertorio de Pathosformeln, formas dramáticas que acompañan al hombre desde la prehistoria: en su Atlas, el brazo de una ninfa renacentista puede coincidir con el giro de una india Hopi de Nuevo México durante la Danza de la Serpiente.

Podemos pensar que, por diversos caminos –Xul a través de la pintura y Warburg, de la crítica–, ambos persiguieron arcanos visuales, formas que la humanidad concibió a través de siglos, con independencia de los distingos étnicos, de geografía, ideología o identidad.
Xul llega a la sala Stadtpark de Hamburgo en una muestra colectiva, con artistas del mundo entero. En ese mismo programa, en su sede en el Planetario, historiadores y ensayistas debatirán sobre las representaciones del vértigo cósmico y el anhelo de conocimiento. El objeto de la muestra y del simposio es rastrear el impulso humano de buscar su lugar en el concierto del cielo, midiéndose con la escala sideral. a la luz de consideraciones políticas y de la mitología. La curadora Joanna Warsza se pregunta: ¿Qué relación hay entre un grano de arena y las voces espectrales que nos responden en la Inteligencia Artificial, la microbiota intestinal y las “tierras raras” que alimentan los celulares? La muestra incluye, claro, la astrología, la primera teoría sobre la psicología humana fundada en la observación de los planetas.

El Tarot de Xul se basa en la baraja de los ocultistas franceses, del siglo XVII, enrarecida con ecos visuales de la mitología americana y también egipcia, caprichos y garabatos infantiles, invenciones surrealistas que recrean todo un sistema propio para anticipar el futuro. Se trata de 24 acuarelas sobre cartulina; es esta una técnica que no admite corrección.

Otra feliz conjunción –¿planetaria?– es que ya están avanzadas las conversaciones para la muestra “Paul Klee invita a Xul Solar”, en Berna. La prehistoria de esta gira es reveladora. Cuando en Buenos Aires se hizo la muestra de Paul Klee, en 1999 y cuando Jorge Glusberg dirigía Museo de Bellas Artes, el entonces director de la Fundaciòn Klee puso como condición que las obras compartieran espacio con la obra de Xul Solar, debido a la afinidad sorprendente entre los dos. Así ocurrió. Ahora parte de ese team curatorial de Suiza llega para corresponder al convite.
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Matilde Sánchez
Prosecretaria de Redacción. Editora Jefa de la sección Cultura y revista Ñ. [email protected]
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