Los poemas no abundan en las películas. A veces, cuando aparecen, dejan una marca. Directores como Woody Allen, Peter Weir o Ridley Scott supieron usar esa palabra justa, escondida, que agita algo en la escena.
Pero en Exterminio: la evolución, de Danny Boyle y estrenada en junio de 2025, una de las películas más intensas del año, pasa otra cosa. Un poema grabado en 1915 no suena de fondo: entra en el cuerpo de la secuencia. Es «la escena». Marca el paso, sostiene la tensión. Da forma al terror.
No acompaña. No adorna. El poema se mezcla con el montaje, con la imagen, con la acción.
Terror, poema y zombies en la secuencia clave de Exterminio
El poema se llama «Boots». Fue escrito en 1903 por Rudyard Kipling, uno de los autores más influyentes de la literatura inglesa del cambio de siglo XX, autor del clásico El libro de la selva.
La escena de Exterminio —la tercera y tardía parte de la saga, bastante autónoma respecto de las dos anteriores— muestra el viaje de un padre (Aaron Taylor-Johnson) y su hijo (Alfie Williams) desde la isla sitiada hacia una tierra plagada de zombies, como mostraba la primera película.

La marea baja marca una carrera contra reloj: deben cruzar ese puente natural hacia tierra firme antes de que se inunde. Ahí, el niño y puber —como un pequeño Robin Hood— deberá poner en práctica su entrenamiento: cazar personas despojadas de toda humanidad.
Pero la escena no sería lo mismo sin el poema. Boots, grabado en 1915 con la voz del actor Taylor Holmes, no acompaña: sostiene la secuencia, marca el paso, anticipa lo que viene.
La música, la voz y una edición que intercala imágenes de viejas películas inglesas —Shakespeare sobre todo— no nos sacan de la acción, como podría pasar al superponer otras ficciones. Como si el montaje hubiera sido diseñado por un cineasta de vanguardia soviética con acceso a zombis y antiguos discos rayados. La púa como elemento de horror.
“Boots”: así suena un poema perturbador
Esa fisión original y precisa ocurre en parte por la fuerza del poema. Y por la forma en que fue leído y grabado por el actor. La voz es nasal, antigua, marcada por el sonido del cilindro de pasta (antes del vinilo). Marcial e hipnótica.
«Boots» está inspirado en los ejércitos británicos durante la guerra de los boers, en Sudáfrica. Y tiene eso que no se puede actuar: ritmo. Todo el texto avanza como tropa. Cada sílaba pisa.
Versión original (inglés):
We’re foot—slog—slog—slog—sloggin’ over Africa
Foot—foot—foot—foot—sloggin’ over Africa—
(Boots—boots—boots—boots—movin’ up and down again!)
There’s no discharge in the war!
Seven—six—eleven—five—nine-an’-twenty mile to-day
Four—eleven—seventeen—thirty-two the day before—
(Boots—boots—boots—boots—movin’ up and down again!)

Traducción al castellano:
A pie — paso — paso — paso — marchamos por África
Pie — pie — pie — pie — seguimos por África
(Botas — botas — botas — botas — suben y bajan otra vez)
En la guerra no hay salida
Siete — seis — once — cinco — nueve y veinte millas hoy
Cuatro — once — diecisiete — treinta y dos ayer también
(Botas — botas — botas — botas — suben y bajan otra vez)
La escena, sostenida sobre el poema, arrastra un doble terror. El visible: los zombies. Y otro, más sordo: la marcha. La cuenta. El orden que no se discute. La rutina que aplasta. Un paso forzado tras otro. Avanza. Más real. Más cercano.
¿Por qué se usó en la película? Del Trailer a la película Exterminio: la evolución
El poema apareció primero en el tráiler. Danny Boyle, el director, lo escuchó en un corte y dijo: “Fucking hell”. Y quedó. “Parecía hecho para esa escena”, explicó después.

Habían probado con discursos, con Shakespeare, hasta con el monólogo de San Crispín. Nada funcionaba y esto sí. Una marcha vieja, grabada en 1915, que todavía golpea. “En un mundo TikTok, sigue teniendo impacto”, dijo Boyle. .
Poesía en el cine: de Whitman a Kipling
La poesía rara vez entra al cine. Pero cuando entra así desarma todo. Lo de Exterminio: la evolución es distinto. Tiene cuerpo. Tiene ritmo. Se acerca más al spoken word beatnik de los 50, el que después terminó en rap: rhythm and poetry, ritmo y poesía.
Robin Williams en La sociedad de los poetas muertos, con Whitman. Cameron Diaz leyendo a Bishop en En tus zapatos. E. E. Cummings en Hannah y sus hermanas. Una de las más recordadas ni siquiera fue escrita: Rutger Hauer improvisando “lágrimas en la lluvia” en Blade Runner.
En todos esos casos, la poesía se lee. En Exterminio: Evolución, se incorpora.
Y ahora, Kipling. El autor del poema «If» que inspiró la película If..., de Lindsay Anderson, donde los alumnos terminan masacrando un colegio. El mismo poema que también inspiró la canción de Pink Floyd del mismo nombre.