Yanina Latorre contó este miércoles en LAM (América TV) el delicado momento de salud que atraviesa su madre, Dora Paulina Caamaño, de 85 años, quien fue recientemente sometida a una cirugía para extirparle un tumor maligno del cuero cabelludo y deberá enfrentar nuevas intervenciones médicas en los próximos días, según adelantó.
La angelita contó que, la primera cirugía se llevó a cabo un miércoles y tuvo como objetivo principal extraer el tumor y limpiar la zona afectada. Este procedimiento fue ambulatorio y exitoso, permitiendo que su madre regresara a casa el mismo día para recuperarse bajo el cuidado de su familia.
Aunque su madre se encuentra bien y cuidada por toda la familia, Yanina no ocultó el desgaste emocional que implica acompañar a un ser querido en una situación tan difícil. «Estoy deseando que todo esto termine, porque es angustiante ver cuando se llevan a tu mamá», expresó la panelista, visiblemente cansada y estresada por el proceso.

Los detalles del diagnóstico de Dora, la madre de Yanina
La causa del cáncer de piel que afecta a Dora está directamente relacionada con la exposición solar prolongada a lo largo de su vida. En esa línea, la panelista sostuvo: «pasó gran parte de su vida tomando sol y desde hace un tiempo comenzaron a aparecerle lesiones en la piel, incluida una muy grande en el cuero cabelludo». Además, hizo hincapié en que, en generaciones anteriores, era común pasar largas horas al sol sin la protección adecuada, lo que hoy incrementa el riesgo de este tipo de patologías en la adultez mayor.
El tratamiento médico de Dora Caamaño aún no ha concluido, ya que se prevé una cirugía más compleja para el jueves siguiente. La angelita adelantó que, la nueva intervención incluirá la reconstrucción del cuero cabelludo y la extirpación de otras lesiones que han sido detectadas en sus brazos y piernas.

Estas próximas operaciones serán más delicadas y prolongadas, pero manifestó plena confianza en el equipo médico que atiende a su madre. En este sentido, destacó la labor del Dr. Abel González, a quien describió como «un genio en dermatología» y cuyo profesionalismo ha sido fundamental para abordar el caso de Dora con la mayor seguridad posible.