«Me siento atacada por este gobierno», dice la escritora Claudia Piñeiro. «Marcharemos para reapropiarnos de la palabra libertad», agrega su par Luisa Valenzuela. «Es una marcha antifascista y antiracista«, considera la académica y autora Gloria Peirano. El ámbito de la cultura dirá presente este sábado en la Marcha Federal del Orgullo Antifascista y Antirracista, convocada por diversos colectivos en la Ciudad de Buenos Aires, más de cien localidades del país e incluso fuera de la Argentina, para responder a las acusaciones y calumnias que el presidente, Javier Milei, disparó contra personas LGBT+ a las que asoció con la pedofilia durante la cumbre de Davos.
La consigna de “no volver al closet nunca más” o de no retroceder en la lucha contra los femicidios puede darle al progresismo una bandera para removilizarse y ensayar una nueva forma de transversalidad civilizatoria frente al brutalismo reaccionario. https://t.co/pinmvOz7YV
— Pablo Stefanoni (@PabloAStefanoni) January 29, 2025
El punto de encuentro en la capital será la Plaza de los dos Congresos a las 16 y, desde ahí, se desplazarán hasta la Plaza de Mayo. La decisión fue tomada en una asamblea multitudinaria que tuvo lugar en Parque Lezama.
«La respuesta a la violencia económica, a la persecución política y la represión sexual del Gobierno de Javier Milei, tiene los colores de nuestra comunidad. Juntes y en alianza a lo largo de todo el país, articulando todas nuestras diferencias, Nos necesitamos ahora. Difundí, organizate, participá!», resolvieron los miles de participantes.
Ante los principales referentes del mundo empresario y financiero, Milei dijo: «Quiero ser claro que cuando digo abusos no es un eufemismo, porque en sus versiones más extremas la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil. Son pedófilos, por lo tanto quiero saber quién avala esos comportamientos».
La palabra libertad
«Marcharemos para reapropiarnos de la palabra libertad que nos ha sido perversamente arrebatada», dice a Clarín la escritora Luisa Valenzuela. «Esa ‘libertad’, que según el presidente y sus secuaces solo es válida para ejercer su poder, para instaurar una represión alli donde hay un derecho», agrega. Y completa con una indicación sintáctica: «El lema del gobierno debe leerse con la debida puntación y las omisiones: «¡Viva! La libertad (ajena) al carajo!».
La cordobesa María Teresa Andruetto está por comenzar a presentar su nuevo libro Como si fuesen fábulas (Random House), pero antes marchará este sábado a las 16 desde Colon y General Paz (Córdoba): «Además del arrasamiento de derechos, del trabajo de los científicos, la salud, los jubilados, la infancia, la educación y los recursos naturales, venimos escuchando las agresiones más aberrantes por parte de este Gobierno», apunta.
La autura notaba una falta de reacción y considera que esa situación cambió: «Pareciera que como sociedad estamos encontrando un límite y ese límite viene de un lugar multisectorial, alternativo y muy diverso», explica a este medio. Y agrega que son precisamente «los colectivos con sus singularidades y el resto de la sociedad tras ellos, estamos dispuestos a poner los cuerpos en la calle, que me parece que es la manera de hacerse ver y de hacerse oír».
Desde sus redes sociales, la escritora Claudia Piñeiro no solo apoya sino que convoca a marchar. «Yo apoyo la consigna que se votó en la asamblea, que convocó a la marcha», puntualiza a Clarín. La autora de Tuya y Las viudas de los jueves se siente apelada por la consigna de la manifestación: «Esa misma consigna que apoyó la asamblea es la que yo apoyo desde mi lugar, como integrante del colectivo de mujeres y de la comunidad de escritores y escritoras de la Argentina».
Pese a los ataques, Piñeiro reafirma: «Soy escritora, soy mujer y en los dos aspectos me siento atacada por este gobierno. Y porque comparto las consignas de la marcha, voy a estar ahí».
Muchas razones para estar
El sociólogo y académico Pablo Alabarces no estará en la manifestación este sábado sencillamente porque se encuentra en los Estados Unidos hasta fin de febrero. «Pero por supuesto que apoyo e iría y firmaré todos los papeles que haya que firmar en apoyo a la manifestación», ratifica a Clarín.
El investigador del Conicet y docente universitario tiene muchas razones para ofrecer ese apoyo: «Las razones son bastante obvias y es que los llamados discursos de odio, como se suele decir hace tiempo en la discusión de sentido común, han dado paso directamente a discursos fascistas y represivos«.
Alabarces no apela aquí a eufemismos: «Esto lo he dicho en mis redes, este gobierno está yendo más aceleradamente de lo que pensaba directamente hacia el fascismo y ya no puede calificarse de otra manera. Las últimas intervenciones del presidente son de un autoritarismo del que no tengo memoria desde Videla para acá. Hhace 40 años que no escuchábamos estas cosas, y esto implica tanto a las barbaridades respecto del mundo LGBTIQ+ y de todo tipo de disidencias, sino incluso de las disidencias intelectuales».
El investigador recuerda que a los opositores el Presidente los definió como «zurdos hijos de puta», a los cuales se iba a ir a buscar hasta el fin del mundo. «Esta no es razón para apoyar una marcha, es razón para apoyar todas las marchas, e inclusive debería ser razón para un paro general o un juicio político», concluye.
Gloria Peirano es escritora y académica y considera «imprescindible que todos, todas, todes, estemos en esta marcha que va a tener lugar en Buenos Aires, en muchas ciudades del interior y en muchas ciudades del mundo. Es una marcha antifascista y antiracista«, explica a Clarín.
Para la autora de Miramar, en Davos, «Milei le declaró la guerra a la comunidad LGBTIQ+, al feminismo, a la diversidad, a la inclusión, a la equidad, a la inmigración, al ecologismo, a la ideología de género y dijo que son cabezas de una misma criatura», recordó. Por eso, entonces, ella se sumará a una manifestación, en la que considera, «vamos a ser millones para defender la vida, sencillamente eso, la vida está en riesgo: la vida del planeta y la vida de las personas que no adhieren a esta ideología del odio y de la crueldad».
Larisa Kejval es doctora en Ciencias Sociales y dirige la licenciatura en Ciencias de la Comunicación en la Universidad de Buenos Aires y recuerda otros momentos de la historia reciente: «Cuando era muy joven, en los años noventa, fui testigo de cómo metían en cana a las trans por el solo hecho de serlo. Fui testigo de la lucha de gays y lesbianas por dejar su herencia a sus parejas o poder brindarles su obra social. Fui testigo de las formas en que parejas homosexuales debían esconder o disimular sus propios amores. De la enorme dificultad de unos y otras por paternar o maternar. El sábado marcho porque no quiero volver a ser testigo de nada de esto, nunca más«, afirma a Clarín. Y ratifica: «Porque necesitamos cuidar cada una de las conquistas que nos permitieron ser más libres».
También la escritora, conductora de radio y crítica literaria Gabriela Borrelli Azara analiza las declaraciones de Milei en Davos: «Las recibo sin sorpresa, con preocupación y en estado de alerta personal y política. Sin sorpresa porque el rasgo conservador y autoritario de sus ideas no es algo que Milei escondiera en su campaña. Sabíamos lesbianas, travas y gays que en algún momento vendrían por nosotros porque todo lo anunciaba. La crueldad no es algo novedoso para nuestras comunidades y, a pesar de los miles de errores que se cometieron en gestiones anteriores, no todo es lo mismo», señala.
Y espera que la marcha sea modélica en más de un sentido: «Lo del sábado me parece fundamental y confío en que será modelo de réplica en otros lugares del mundo en que la derecha intenta lo mismo. Estamos defendiendo acuerdos sociales que costaron décadas y vidas conseguir y que van a definir el futuro de nuestra cultura social y humana».
Nuevas generaciones
Los escritores Tali Goldman y Fermin Eloy Acosta pertenecen a otra generación: esa que acompañó desde la infancia o la adolescencia la conquista de muchos derechos de las personas no binarias.
«Creo que en estos tiempos fuimos testigos de una naturalización del odio, un goce en hacer sufrir al otro, un placer por herir. Como si estuviera de moda ser malo, prepotente, arrogante, impulsado desde las altas esferas de gobierno. Entonces me parece que la marcha del sábado puede ser el inicio para empezar a marcar que la crueldad tiene límites», expresa Goldman a Clarín.
Por su parte, Fermin Eloy Acosta considera que «es momento más que nunca de juntarnos, de volver a encontrarnos en el espacio de la calle, más allá de las diferencias, para disputar, discutir y construir consensos que nos permitan desde las disidencias sexuales, desde las diferencias sexogenéricas y desde el feminismo discutir con estas voces de las ultraderechas que están ganando terreno a nivel global».
Los migrantes humillados. Las mujeres humilladas. Los putos humillados. Las tortas humilladas. Las trans humilladas. Los pobres humillados. Los mapuches humillados.
La humillación es una escena en donde el poder no manda, el poder doblega.
Marchar es salir de la humillación.— Luciana Peker (@lucianapeker) January 30, 2025
Acosta pone en foco espacios claves de esta discusión: internet y las juventudes. «Hay líderes políticos que están haciendo mucho daño desde lo que llaman la batalla cultural, importando discusiones como las del wokismo a la Argentina, un país que supo ser un faro en materia de derechos humanos».
Por eso, el autor considera que «es una buena chispa para empezar a encender la llama de lo que van a ser estos años tan duros para quienes integramos el colectivo LGBTIQ+, pero también para los feminismos y otros colectivos que tienen que ver con la lucha de los derechos humanos, creo que es un buen momento para encauzar nuestras luchas y encontrarnos de nuevo en la calle».