
Barcelona
La impunidad con la que furgonetas de reparto y otros conductores ocupan los carriles bus de Barcelona se ha convertido en uno de los principales problemas que lastran la velocidad de los autobuses urbanos. Como hay muchas conductas que solo se resuelven a base de multas (o la amenaza de ellas), Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) está probando una tecnología que permitirá cazar a todos aquellos vehículos que se metan donde no les llaman.
El sistema ideado por una empresa americana consiste en la instalación de dos cámaras en la parte frontal del autobús que van grabando todo lo que se les pone por delante al vehículo durante su servicio. Mediante inteligencia artificial, la tecnología es capaz de detectar automáticamente las infracciones en el carril bus y discernir aquellas ocupaciones que están permitidas como las de los taxis o los vehículos que van a hacer un giro permitido a la derecha.

La tecnología de las cámaras permite discriminar entre los que no pueden acceder y los vehículos que tienen permitido circular, como otros buses y taxis
Ana Jiménez
En solo un mes, más de 2.500 conductas indebidas han sido cazadas por las cuatro cámaras de prueba instaladas desde febrero en dos autobuses de las líneas H12 (que cruza toda Barcelona a través de la Gran Via, desde el Gornal hasta la Verneda) y D20 (de Ernest Lluch al paseo Marítim a través de la calle de Sants y el Paral·lel). Ambas líneas circulan por calles en las que se dan ocupaciones constantes del carril bus, con especial incidencia a media mañana, cuando se realizan las tareas de carga y descarga.
La IA ayuda a detectar automáticamente las infracciones, aunque aún no tiene permiso para poner multas
“Es una prueba piloto que está dando buenos resultados, cuando finalice deberemos analizar todos los datos y ver si es posible implantar un sistema de este tipo”, destaca la presidenta de TMB, Laia Bonet. La instalación de estas cámaras supone dar un paso más allá del coche que TMB tiene dando vueltas y poniendo multas por los carriles bus más transitados de la ciudad.
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En el caso de las cámaras integradas dentro del bus todavía es una prueba piloto sin capacidad sancionadora fruto del llamamiento hecho por Barcelona Innova Lab Mobility, una iniciativa del Ayuntamiento para potenciar nuevos proyectos en movilidad urbana con la implicación activa de Fira de Barcelona y a la que recientemente se ha sumado la Mobile World Capital.
Uno de los principales problemas al que se enfrenta esta tecnología es la privacidad de los datos al hacer grabaciones en la vía pública. Mientras que en Nueva York o Washington ya se han implantado sin cortapisas, en Europa la ley de protección de datos obliga a captar todas las imágenes de manera difuminada por falta de permisos. Esto añade complejidad a la identificación de las imágenes, pero aún así los responsables del proyecto están sorprendidos de la gran fiabilidad del sistema.