Veinticinco años llevaba el Giro sin llamar a la puerta del puerto de San Pellegrino in Alpe, un coloso escondido en la Toscana. La subida no tiene la fama del Mortirolo, porque solo se ha subido tres veces antes en la corsa rosa, pero la dureza de sus rampas hablan por si mismas. Son 13 kilómetros al 9% de media. Y dice la leyenda que en el 2000 incluso Marco Pantani dijo basta allí.
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