
Foto: Mateo Vazquez/Archivo El País.
Un músico del grupo de plena y candombe La Nueva Escuela presentó una denuncia ante el Instituto Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (Inddhh) por la persecución de la que dice ser víctima en su otro trabajo: la banda de la Fuerza Aérea.
En el documento, al que accedió El País, el hombre, de 31 años, señala haber sufrido episodios racistas por parte de un superior, así como haber sido víctima de abusos de poder y situaciones «de humillación».
La denuncia fue presentada en el Inddhh esta semana por el músico, acompañado de su abogado, Luis González. Esta advierte sobre «actos de discriminación racial, violencia psicológica y abuso de poder» que afectaron su integridad «física, emocional y profesional». Los acusados son un sargento y un teniente de la Fuerza Aérea.
El joven es militar desde 2015 y se desempeña como músico en la orquesta de la fuerza, así como también en la conocida banda de plena La Nueva Escuela. En conversación con El País, aunque prefirió mantener su nombre en reserva, aseguró que «todo comenzó a ocurrir (los presuntos episodios de racismo y humillación) cuando el jefe anterior se fue», porque «él no permitía estas situaciones».
En la denuncia asegura que los superiores señalados se dirigían a él con expresiones que hacían alusión a su color de piel. «Me han llamado pizarrón con ojos o morcilla con patas», aseguró.
Además, denunció que hacían referencias a su actividad como músico de plena. «Esto es la Fuerza Aérea, no estás en una comparsa con los negritos tomando vino y fumando porro en la plaza», sostuvo que le dijo uno de los denunciados. «Me decía cornudo, sabiendo que tuve problemas con mi expareja; o mandaba stickers de WhatsApp sobre cocaína, sabiendo que tengo familiares con problemas de adicción».
También aseguró que ante situaciones similares que pudieran llevar a cabo él y alguno de sus compañeros —por ejemplo llegar tarde—, el castigo siempre era más grande para él. Sostuvo que se lo sancionaba mientras que a los otros no, y que ha sido víctima de una clara «persecución«.
Además, ante su certificación por estrés laboral y depresión, sus superiores habrían violado la confidencialidad, leyendo su historia clínica frente a todo el grupo «para burlarse», advierte la denuncia.
«Te insulta constantemente, se mete con la vida personal e incluso a veces invita a pelear porque sabe que si alguien responde lo puede dejar preso por mala conducta», explicó en cuanto a uno de los denunciados.
Si bien existió una investigación interna, esta no llegó a ninguna conclusión. «Duele porque hay compañeros que fueron testigos o víctimas de situaciones parecidas, pero no declaran por estar presionados», aseguró el músico.
En la denuncia presentada ante el Inddhh, a la que adjuntó capturas de pantalla y ofreció testigos, escribió: «Me dirijo a ustedes porque dentro de la institución se encubren los hechos, se arreglan declaraciones y se ejerce coacción sistemática sobre el personal para silenciar los abusos».
En el escrito se hace referencia al Artículo 28 del Estatuto del personal militar que dice: «No habrá discriminación alguna por razón de nacimiento, origen racial o étnico, género, sexo, orientación sexual, religión o convicciones, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social».
«En un país justo y democrático, no se debe tolerar el racismo ni la discriminación bajo ninguna circunstancia, estas actitudes dividen a la sociedad, generan odio y perpetúan la desigualdad», dijo a El País González, el abogado del denunciante. «Combatir el racismo fortalece la unidad nacional, promueve la paz social y garantiza que todos tengan las mismas oportunidades», concluyó.
El País consultó a autoridades del Ministerio de Defensa con el objetivo de conocer si se desarrollará una nueva investigación interna o se tomarán medidas, pero no obtuvo respuesta.