Recibí un mensaje hace unos días que reproduzco para dar sentido a lo que seguirá: “Te confieso que no sé si puedo continuar compartiendo la amistad con alguien que no ve lo que está pasando como lo que realmente es: un genocidio”. Refería el WhatsApp de mi amigo a una intervención radiofónica que servidor acababa de hacer expresando mi opinión sobre la guerra que está librando Israel. Desde mi punto de vista estamos ante la respuesta del estado hebreo a una salvaje declaración de guerra previa. Que Israel se ha deslizado por el tobogán de la inhumanidad, igualmente salvaje, que incluye la comisión de crímenes de guerra no es un hecho que pueda rebatirse. Así lo consideran también destacadísimos miembros de la sociedad israelí, incluyendo al ex primer ministro Ehud Olmert. Pero incluso creyendo firmemente lo anterior cabe considerar que un genocidio sea otra cosa. Ese es mi caso y así lo mantengo, a pesar de la anunciada deserción de mi amigo.
]]>