No es fácil, en la vida en general, encontrar a quienes se animan a reconocer sus falencias, sus puntos bajos. Jodie Foster es una de ellas, como lo demostró en su paso por el Festival de Cannes.
Muy apegada a Francia (habla francés con fluidez, ya que asistió a una escuela francesa mientras crecía en Los Ángeles, y su hermana vive en Toulouse), Jodie Foster había trabajado también con directores franceses, como Claude Chabrol (tres veces) y Jean-Pierre Jeunet. Y ahora protagoniza Vie privée, hablada en francés.
Pero ¿por qué esperó tanto tiempo para interpretar su primer papel importante en francés? Casi 50 años después de Taxi Driver, que aquí ganó la Palma de Oro, mostró su conocimiento del idioma, durante una conferencia de prensa en el Festival realizada… en francés. Y contestó a la pregunta con dos palabras: “Tenía miedo”.
“Antes tuve papeles secundarios, pero en realidad tenía miedo”, dijo Foster durante la conferencia de prensa de Vie privée. «Muchos directores debutantes me proponían papeles protagónicos, pero me daba miedo actuar en francés con primeros directores porque como no hablo perfectamente la lengua, prefería alguien con más experiencia».

La noche anterior había subido las escaleras con la alfombra roja para presentar fuera de competencia Vie privée, de Rebecca Zlotowski. Allí interpreta a una psiquiatra fría y segura de sí misma, perturbada por la muerte de una paciente (Virginie Efira) hasta el punto de sospechar su asesinato y encarar una investigación.
Jodie Foster estudió francés ya en el colegio
«Esto es algo que quería hacer desde hace mucho tiempo -confesó la ganadora de dos Oscar, sobre tener un papel principal en una película francófona-. Esta es la primera vez que tengo tanto diálogo en una película francesa. Fue un gran reto para mí. Lo mejor es que, cuando actúo en francés, soy una persona totalmente diferente: mi confianza es menor y mi voz es más aguda. Esto crea un nuevo personaje para mí”, redondeó.
Lamentablemente para los que no hablamos francés -hubo traducción paralela-, Foster habló en francés casi todo el tiempo. Dijo que dirigir una película francesa era algo que «había querido hacer durante mucho tiempo», pero que ya con aprenderse todos los diálogos de esta película fue un «gran desafío».

Contra Gérard Depardieu
Jodie, que cuando se dio a conocer la sentencia a Gérard Depardieu, acusado de abuso sexual había celebrado que “la gente esté despertando”, ha venido muchas veces a Cannes. En 2021, por ejemplo, le entregaron una Palma de Oro honorífica, lo mismo que sucedió en la apertura este año con su coprotagonista de Taxi Driver. Fue en 1976 la primera vez que Foster llegó aquí, a sus 13 años, acompañando al filme en el que componía a una prostituta.

Hablando sobre qué tipo de papel le gustaría hacer a continuación, Foster expresó su interés en explorar más la comedia. “Cuanto mayor me hago, más quiero ser más alegre”, dijo. “Me gustaría estar en películas que hablen de otras personas. De joven, solo quería participar en películas que hablaran de mí. Pero esta vez, las cosas han cambiado de verdad. Es muy divertido escuchar nuevas voces y apoyar las actuaciones de otros. Es maravilloso ser la señora mayor que dice:’“¡Tranquila, no es nada serio!’”.
Foster aseguró que lo que la convenció para asumir el rol de la psiquiatra “es que llega a un punto en su vida donde su carrera se estanca. La investigación de lo que cree que es un asesinato termina siendo una investigación sobre ella misma”. Pero en su investigación cuenta con la ayuda de un encantador Daniel Auteuil en el papel de su exmarido.

«Lo sentí como mi hermano. Nos divertimos mucho dentro y fuera del set. Me encantaría hacer otra película con él. De niña y adolescente era muy seria -admitió-. ¡A medida que crezca, quiero ser más ligera!»
Ella misma también directora, acoto que «me gusta trabajar con actores que son realizadores. Los actores tienen tendencia a pensar en el momento, en el presente, los directores tienen un marco más global. Tener actores que son realizadores ayuda enormemente».
Tres para la Palma de Oro

En la competencia por la Palma de Oro se vieron tres filmes. En Romería, la catalana Carla Simón afronta la valentía y los temores de una joven que ha perdido a sus padres de pequeña y quiere reconstruir su historia; The History of Sound, de Oliver Hermanus, con Paul Mescal (Gladiador II) y Josh O’Connor (The Crown) como dos jóvenes amantes, cantante y músico, que a principios del siglo XX se proponen grabar las voces, los sonidos de sus compatriotas estadounidenses, y Sentimental Value, de Joachim Trier, fuerte candidata, pero que por una cuestión de embargo no podemos comentar.