Este viernes, medios peruanos informaron que una lancha tiburonera había hallado con vida a Ashley Vargas, una piloto de 24 años que llevaba perdida más de tres días en el mar tras sufrir un accidente con su avioneta. Sin embargo, todo parece que se trató de un intento de estafa.
El medio local Perú21 confirmó que la Fuerza Aérea del Perú (FAP) estaba por emitir un comunicado con la noticia, pero frenó la publicación cuando se enteró que los que habían llamado para informar el hallazgo eran estafadores que querían sacarle dinero a los Vargas.
«Nadie nos confirma nada. Hay una familia y las familias se aferran a lo que sea. Es una cuestión normal. Estamos listos para salir a buscarla cuando nos confirmen», dijo un alto mando de la FAP.
Fue el papá de Vargas quien, esperanzado, había confirmado la noticia a los medios locales. Desde la base de Pisco, Vargas comunicó: “Nos han informado desde alta mar que está a 180 millas. Agradezco a toda la población amazonense, a todos los paisanos y familiares por su apoyo y por sus oraciones. Dios es grande. Mi hija es una guerrera. El señor, el dueño de la lancha tiburonera, llamó a mi cuñada en Lima porque había compartido su número en redes sociales”.
El tío de Ashley, el primero en recibir la falsa noticia, agregó: “Me encuentro con mi esposa viajando para el rescate de Ashley. Recibimos una llamada del jefe de pescadores tiburoneros que la encontraron en una lancha llamada Señor de la Misericordia. La tienen con su paracaídas, y tiene su celular”.
Ashley pertenecía a la Fuerza Aérea Peruana (FAP) y se encontraba sobrevolando el océano en avioneta en el contexto de una misión que necesitaba hacer para graduarse.
El accidente
La joven alférez del Grupo Aéreo N 51 dejó de comunicarse con tierra firme el pasado 20 de mayo a las 16.08 (hora local). Iba en la aeronave KT-1P. Precisamente, se encontraba en su última misión de instrucción en navegación táctica en la región de Ica, en Pisco.

Tres horas después, la FAP informó que al avión le quedaban solo 25 minutos para terminar con su navegación, pero Vargas no aparecía. En ese momento, la FAP, la Policía Nacional del Perú, Guardacostas de Pisco y la Marina de Guerra comenzaron un operativo de búsqueda con helicópteros con visión nocturna e infrarrojos y buques.
Al día siguiente se sumaron al rescate una avioneta y un equipo de buceo. Sin embargo, tampoco hubo éxito.

Todo empeoró ese 21 de mayo cuando los rescatistas encontraron los restos de la aeronave. Estaban en la playa de un islote al sur de la península de Paracas. El hallazgo maximizó e intensificó las búsquedas. Instantáneamente también comenzaron a buscar a Ashley por tierra.