
Barcelona
El verano se acerca y con el buen tiempo se intensifica el uso del espacio público. El gran parque de Barcelona, el de la Ciutadella, supone un escaparte de lo que se sucede en otros puntos de la ciudad y ya ha mostrado síntomas de algunos problemas enquistados en la capital catalana. Tal como publicó a principios de este mes La Vanguardia, en el histórico recinto se registran imágenes cotidianas de vendedores ambulantes sin permiso de souvenirs, numerosos grupos de turistas en bici o, la cara más cruda, de personas viviendo en tiendas de campaña en los espacios centrales y otras que pasan más desapercibidas en los laterales del parque. Todo ello contrasta con las inversiones que se llevan a cabo para convertir este espacio en un núcleo de conocimiento científico en el marco de la estrategia de la Ciutadella del Coneixement.
Un microcosmos de una superficie de 31 hectáreas – 13,5 pertenecen al zoo- que recibe unos siete millones de visitantes cada año y la convivencia se antoja compleja. Esto ha propiciado que el grupo municipal de Junts per Barcelona propusiera un plan urgente específico de seguridad y civismo para este lugar en la comisión municipal de Presidencia, Seguridad y Régimen Interior, celebrada este miércoles. La iniciativa se aprobó con los votos favorables de Junts, BComú, PP y Vox, y la abstención de ERC y el PSC.
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El presidente del grupo de Junts, Jordi Martí, denunció que el parque vive una situación de “degradación” desde hace tiempo y lo achacó a la falta de “una acción concreta y gestión cuidadosa” por parte del gobierno municipal. Martí recordó al Ayuntamiento que tiene el deber de sacar adelante esta propuesta que incluye una presencia permanente de la Guardia Urbana y de los agentes cívicos, así como reforzar los equipos de atención a personas sin hogar, entre otras medidas.
Los comunes apoyaron la proposición de Junts porque consideran necesario un plan para “repensar” los usos del parque, pero el concejal Jordi Rabassa de BComú matizó que no comparte esa visión de tanta degradación.

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En nombre del gobierno municipal respondió el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, quien coincidió con la preocupación de los grupos de la oposición para proteger este singular lugar. Aunque reconoció que la situación es “compleja” con un “uso intensivo” del espacio público que “altera dinámicas de convivencia”, Batlle defendió que el Consistorio ya está interviniendo para afrontar esta problemática. En este sentido, manifestó que se trata de manera transversal en el marco de las mesas de convivencia y las de sinhogarismo de forma coordinada con diferentes actores implicados, desde servicios sociales, Parcs i Jardins, equipos de limpieza hasta los Mossos d’Esquadra, la Guardia Urbana o los agentes cívicos.
Batlle concluyó que estas actuaciones se enmarcan en una estrategia municipal más amplía para posicionar la Ciutadella como un centro de conocimiento. Puso como ejemplo la reapertura del restaurado Hivernacle o la futura rehabilitación de las fachadas del Castell dels Tres Dragons. No son las únicas actuaciones ya que las vallas de obras forman parte del actual paisaje urbano de la Ciutadella para mejorar su drenaje y disponer de un nuevo sistema de riego el próximo año.