Bruselas, 22 may (EFEverde).- La Comisión Europea ha publicado la lista de países cuyos productos como cacao, café, aceite de palma o madera podrían estar asociados a deforestación en origen, sin clasificar en las categorías de «alto» o «medio» riesgo a ningún país de América Latina, pese a la presión política y ecologista que pedía lo contrario.
Cuatro países en la lista negra
Rusia, Bielorrusia, Corea del Norte y Birmania son los únicos países incluidos en esta primera clasificación como de alto riesgo. Esta categoría determinará el nivel de control que las autoridades de los Estados miembros deberán aplicar sobre las importaciones: un 9 % para los de alto riesgo, frente al 3 % del riesgo estándar y el 1 % del bajo riesgo.
La publicación del listado forma parte de la implementación de la Ley contra la Deforestación Importada, una de las piedras angulares del Pacto Verde Europeo. La norma, revisada recientemente, busca garantizar que los productos comercializados en el mercado europeo no contribuyen a la destrucción de bosques.
América Latina fuera del foco… por ahora
Ningún país latinoamericano -ni Brasil, ni Colombia, ni Perú, ni Argentina- ha sido incluido en las categorías más altas de riesgo, pese a los altos índices de deforestación en zonas críticas como el Amazonas o el Gran Chaco.
Esta decisión llega tras intensas presiones de gobiernos y sectores económicos de América y otras regiones exportadoras, como Indonesia, Malasia, Australia o Estados Unidos, que expresaron su preocupación por el impacto económico de una clasificación desfavorable.
Críticas de organizaciones ecologistas
La ONG Global Witness ha criticado duramente la clasificación, advirtiendo que «no está a la altura de la ciencia». En su opinión, excluir de la categoría de alto riesgo a países con tasas elevadas de deforestación supone un paso atrás. Sin embargo, también reconocen que la ley sigue siendo una herramienta valiosa, ya que todos los países estarán sometidos a cierto nivel de control.
Normativa aún en transición
La ley comenzará a aplicarse de forma escalonada: las grandes empresas deberán cumplirla a partir del 30 de diciembre de 2025, y las pequeñas, desde el 30 de junio de 2026. Inicialmente prevista para diciembre de 2024, su entrada en vigor fue aplazada un año por decisión de la Comisión, tras el cambio de ciclo político en Bruselas y el consenso de los Estados miembros.
La legislación afecta a productos como cacao, café, soja, madera, caucho, aceite de palma y ganado, incluyendo derivados como muebles, chocolate o cuero. Las empresas deberán demostrar, mediante geolocalización y trazabilidad, que sus productos no proceden de áreas deforestadas.
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