Durante décadas, América Latina fue vista como una región en desarrollo, siempre con potencial, pero pocas veces protagonista. Eso está por cambiar. Nuevos estudios internacionales revelan que, en solo 25 años, dos países del continente no solo habrán crecido, sino que estarán entre los más poderosos del planeta. Y no hablamos de teorías optimistas, sino de proyecciones concretas que empiezan a hacerse realidad.
México y Brasil: la dupla que cambiará el rumbo de América Latina

En el futuro cercano, no bastará con mirar a Estados Unidos, China o India para entender el poder económico global. Habrá que mirar también al sur, a México y Brasil, dos naciones que ya hoy lideran el PBI de América Latina y que, según un informe de PwC y Standard Chartered, estarán en el top 10 mundial para el año 2050.
Brasil ocuparía el quinto lugar, con un Producto Bruto Interno de 7,54 billones de dólares, mientras México se ubicaría en el séptimo, con 6,86 billones. Juntas, estas economías representan una fuerza emergente con capacidad para influir en decisiones globales, atraer inversiones estratégicas y liderar cambios profundos en comercio, tecnología y sostenibilidad.
Este avance no es espontáneo: es el resultado de transformaciones estructurales, inversión extranjera sostenida, un mercado interno joven y dinámico, y una creciente apertura hacia el desarrollo digital y energético. En otras palabras: están haciendo los deberes para ser potencia.
Del margen al centro: el nuevo mapa del poder

Los tiempos en los que América Latina era vista como un actor secundario están quedando atrás. En el nuevo grupo de potencias emergentes, el E7 —formado por economías como China, India, Rusia, Indonesia, Turquía, México y Brasil— ya amenaza con superar en influencia al histórico G7.
Lo más impactante de este cambio es que transforma no solo las cifras macroeconómicas, sino también el peso político y diplomático de estos países. Ya no se trata solo de crecer, sino de liderar. Y tanto Brasil como México tienen el tamaño, la población y los recursos para hacerlo.
La cuenta regresiva ya empezó
Quedan 25 años. Un suspiro en términos históricos. En ese tiempo, el mundo será testigo de un cambio de paradigma donde las potencias no serán solo las de siempre. Dos países latinoamericanos, que hoy comparten más titulares por sus desafíos que por sus logros, están a punto de dar vuelta el tablero.
Brasil y México no serán excepciones en un mundo desigual: serán la nueva norma en un orden global distinto. Si hoy parecen subestimados, en 2050 podrían ser ineludibles. Y cuando llegue ese momento, América Latina ya no pedirá permiso para estar en la cima: simplemente lo estará.