Tan cambiante como intenso, Nacional vivió uno de esos días de definición en los que la tolerancia estaba sujeta a lo que pasara en el Gran Parque Central contra Defensor Sporting, pero también a lo que mostraban los monitores a través de los palcos.
De la misma forma que aquel sábado 4 de diciembre de 2021 los hinchas llegaron con las antenas paradas, a la espera del desenlace entre Peñarol y Sud América, ayer hubo quienes hicieron fuerza para que Liverpool no ganara en Belvedere y pusiera en duda el título del Torneo Apertura. “Yo quiebro una lanza por Cerro Largo; es un cuadro guapo”, le dijo un veterano al otro al pasar por las escaleras.
El pronóstico no se cumplió y terminó dándose la lógica. Nacional sacó adelante un partido que empezó con problemas para Gabriel Báez (tuvo dos entregas malas que complicaron a la defensa) y llevó a que Paolo Calione y Christian Oliva le pidieran calma a su compañero, que hasta pidió disculpas.
El denominador común del primer tramo se mantuvo hasta los 15 minutos: juego cortado, impreciso y con escasas llegadas de gol hasta el primer remate del Diente López, que ya no admite dos opiniones en el paladar del hincha. O “tiene el arco entre ceja y ceja” por su gen goleador o es “muy comilón” y “no la pasa”.
Foto: Estefanía Leal.
Dos minutos después, fue Luciano Boggio el que se animó y probó de afuera, pero, otra vez, encontró bien parado al arquero, que dejó rebote. Fue de lo poco que mostró Nacional, que también tuvo una chance que se fue por arriba del travesaño de Diego Herazo, quien estaba en offside.
Distinta fue la primera impresión que dejó Defensor, que tuvo el primer gol en la cabeza de Francisco Ginella (lo anularon por posición adelantada), una definición cruzada del mismo protagonista y otra de Maxi Gómez que pegó en el palo.
“¡Ay, dios mío!” gritó con desesperación un palquista ni bien el árbitro Gustavo Tejera pitó para ir al entretiempo. “¡Estamos jugando por el campeonato, che! ¡Jueguen un poco al fútbol!”.
La historia fue otra en la segunda parte para Nacional, que otra vez volvió a sufrir la cachetada de un gol en contra. Ya no es casualidad: es el noveno que recibe en el año entre el cierre del primer tiempo y el comienzo del segundo.
Foto: Estefanía Leal
Fue tras un robo de Christian Oliva que quedó desmenuzado por la posterior recuperación de Kevin Prieto, que se rehízo de la pérdida. Todo derivó en un contragolpe en el que Maxi Gómez le ganó la cuerpeada a Calione y descargó para que Nahuel Furtado entrara solo por el otro lado y la colgara en el ángulo, favorecido por el rebote.
La respuesta tricolor llegó a través de Nico López, que capitalizó un tonto penal de Pepe Álvarez a Lucas Villalba tras un anticipo a un centro de Diego Romero que no tenía destinatario.
Dawson trató de enfriar el partido tirándose al suelo, pero Nacional cambió la cara con Gonzalo Petit y Rómulo Otero. En un centro a pierna cambiada de Calione, el 9 apareció para el gol salvador del 2-1 a los 85’. “¡Sacá a Calione ahora, dale!”, le gritó un hincha a otros que pedían la cabeza del zaguero un rato antes.
Fue una tarde particular. Todos los jugadores entraron con una camiseta en referencia a los desaparecidos de la dictadura, colgaron una bandera con la frase «hasta siempre Pepe» (por el fallecimiento del expresidente de la República José Mujica), la gente estuvo tensa y el equipo remó, pero murió en la orilla. Liverpool, en su debida cuenta, hizo los deberes y le apagó la ilusión a Nacional.
Todos los jugadores de Nacional entraron a la cancha con una camiseta en referencia a los desaparecidos de la dictadura. También hay carteles de hinchas en la tribuna que dicen “todos somos familiares”.@ovacionuy pic.twitter.com/uoWn1wvccL
— Diego Domínguez (@Digadoma) May 18, 2025
