Si uno se concentra mucho en la gran pantalla que tiene delante, puede tener la sensación de que realmente está al mando de un convoy del metro de Barcelona. Los botones son exactamente los mismos que los de una cabina de conducción, igual que las estaciones, la distancia de los túneles y los cambios de agujas.
Aunque todo es falso, el entorno recreado en la nueva sala de simuladores de Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) es tan fidedigno como las situaciones que se pueden lanzar desde su sistema, que cuenta incluso con un centro de control ficticio con el que mantener interlocución. Ahora una avería técnica que obliga a reiniciar el tren, luego una mochila enganchada en una puerta… más tarde el inevitable suicidio que todos los trabajadores quieren evitar. El catálogo de problemas es amplio, aunque aún no incluye el apagón generalizado con el que se encontraron los trabajadores hace un mes.
Todo ello tiene lugar en el moderno y luminoso espacio recién estrenado por TMB para formar a los nuevos trabajadores y reciclar los conocimientos de los veteranos. Se ha habilitado en la zona inferior de plaza Catalunya, tras una inversión de un millón de euros. Ocupa el lugar donde antes había la comisaria de los Mossos d’Esquadra. De hecho, se ha aprovechado el espacio circular en el que antes estaban los calabozos para instalar ahí los ocho simuladores de las distintas series de trenes que circulan por las líneas 1, 2, 3 y 5. Las rejas han dejado paso a una vidrieras transparentes y una recreación exacta de la cabina del tren.

Un trabajador prueba el simulador en las instalaciones de plaza Catalunya
Xavi Jurio
Cerca de 450 trabajadores de los 1.800 que tiene el metro de Barcelona ya han pasado por esta sala desde que se habilitó en septiembre del año pasado. Para algunos de ellos es un mero trámite, aunque desde que se ha impulsado su uso “se han reducido un 10% las incidencias derivadas de la conducción porque el personal está más preparado para reaccionar ante los posibles problemas”, según destaca la presidenta de TMB, Laia Bonet. Ayer visitó el nuevo espacio e incluso circuló por el tramo central de la línea 3 con uno de los nuevos trenes de la serie 7000, los más modernos fabricados por Alstom incorporados a la red durante los últimos años.
Los trabajadores recién incorporados a la empresa son los que más agradecen pasar por el simulador ya que les permite experimentar sin miedo. No es lo mismo frenar tarde y dejar el primer vagón metido en el túnel en el sistema recreado con unos muñecos virtuales a bordo que hacerlo en el mundo real con pasajeros de carne y hueso. Antes lo hacían por un espacio mucho más pequeño en la estación de Hospital Clínic. Estos días desfilan por las modernas instalaciones de plaza Catalunya todos los agentes de atención al cliente fichados para la temporada de verano antes de ponerse al frente de un tren de verdad.
El nuevo espacio, solo para profesionales, se abrirá a todos los curiosos el último fin de semana de julio
La antigua sala de calabozos reconvertida en simuladores se abrirá a todos los curiosos el último fin de semana de julio como parte de las actividades organizadas por TMB para celebrar el centenario del metro. Los que vayan podrán ver los simuladores, aprender como funcionan y probarlos.
Previsiblemente la demanda superará el número de plazas ofertadas, así que la compañía de transporte público ya contempla la posibilidad de repetir la experiencia en otoño, cuando también se abrirán a los usuarios otros espacios como las estaciones fantasma de Correos y Gaudí. El fin de semana antes, el del 17 y 18 de julio, se abrirá también el centro de control de metro ubicado cerca de la Sagrera, el cerebro desde donde se controla toda la red del metro de Barcelona.